Nueva York busca métodos para bajar los altos ruidos
Bocinas, sirenas, obras en construcción, zumbido de aviones, restaurantes donde hay que gritar para hacerse escuchar: Nueva York es una de las ciudades más ruidosas del mundo, pero quiere cambiar.
Pregunte a cualquier neoyorquino: todos mencionan la contaminación sonora como una de las marcas de fábrica de “la ciudad que nunca duerme”. “En 19 años en Nueva York a veces tengo la impresión de vivir en una cancha de fútbol”, dice Gregory Orr, un cineasta originario de Los Ángeles que vive desde hace años en el corazón del animado barrio de Greenwich Village.