La miel es un alimento que se ha usado desde hace miles de años como remedio medicinal. La miel suele utilizarse de forma oral para tratar la tos y de forma tópica para tratar quemaduras y curar heridas.
Harvard Health comparte que la miel tiene propiedades antimicrobianas, y los científicos dicen que en los adultos y en niños mayores de un año puede ser una forma inofensiva de tratar los síntomas de resfriado como dolor de garganta y tos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también incluyen a la miel como un producto que puede usarse para aliviar la tos en adultos y niños de al menos 1 año de edad o más. La miel no debe darse a bebés menores de un año debido al riesgo de botulismo.
Cuánta miel puede ayudar a aliviar la tos
Mayo Clinic indica que tomar té o agua caliente con limón mezclados con miel es una manera muy tradicional de aliviar un dolor de garganta. Pero la miel por sí sola también puede ser un remedio eficaz para aliviar la tos.
“Si el invierno te trae dolor de garganta y tos, una cucharada de miel puede ser bastante calmante”, señala Harvard Health. La publicación agrega que la miel incluso podría reducir los síntomas de una infección del tracto respiratorio superior, según una revisión de estudios publicada en el 2020 en BMJ Evidence-Based Medicine.
“La miel parecía ser tan eficaz como el dextrometorfano, un ingrediente común para aliviar la tos, en dosis típicas sin receta”, informa Mayo Clinic, tomando como referencia un estudio en el que se incluyeron a niños de entre 1 y 5 años con infecciones de las vías respiratorias superiores.
Los niños del estudio consumieron hasta 2 cucharaditas (10 mililitros) de miel a la hora de irse a la cama. La miel pareció reducir la tos nocturna, y mejorar el sueño.
En la revisión publicada en la BMJ, investigadores revisaron 14 estudios de casi 1800 personas con infecciones de las vías respiratorias superiores tratadas con miel o con métodos habituales (antihistamínicos, expectorantes, supresores de la tos y analgésicos).
Los investigadores encontraron que la miel pareció ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de la tos. En algunos casos, acortó la duración de los síntomas en uno o dos días, aunque Harvard señala que los hallazgos son observacionales.