El uso de algunos juguetes, videojuegos y audífonos, así como asistir a ferias, parques de diversión, conciertos o centros de entretenimiento puede provocar a niños y adolescentes la pérdida prematura y hasta irreversible de la audición.
Académicos y especialistas en el tema señalaron en entrevista que el ruido perjudica no sólo el sistema auditivo, sino también el sueño y la salud cardiovascular. Asimismo, tiene efectos sicofisiológicos y síntomas siquiátricos; incluso afecta al ser humano desde el desarrollo fetal y puede causar nacimientos prematuros.
Cesáreo Estrada Rodríguez, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, indicó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 32 millones de niños sufren pérdida de audición discapacitante, y 60 por ciento de los casos son prevenibles. Pero no sólo eso: calcula que mil 100 millones de jóvenes en todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir el problema debido a prácticas auditivas dañinas.
“Más de 43 millones de personas entre 12 y 35 años padecen una pérdida auditiva discapacitante debido a diferentes causas. La mayoría son de países con ingresos medianos y altos. Casi 50 por ciento están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos personales de audio, como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes. Alrededor de 40 por ciento se expone a ruidos potencialmente nocivos en clubes, discotecas y bares.
Esto no queda ahí. El efecto del ruido en escuelas, hogares o ambientes donde se desenvuelven los niños puede ser devastador en el desempeño y desarrollo emocional, agregó Fausto Rodríguez Manzo, coordinador del laboratorio de análisis y diseño acústico de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco.
Para Rubén Rojo Ramírez, médico especialista en audiometría, fonometría y medicina del trabajo del Instituto Mexicano del Seguro Social, el alto volumen acústico en juguetes, principalmente de origen asiático, pueden causar daños irreversibles en los menores. Añadió que en México han aumentado los casos de lesiones auditivas en este sector de la población, ya que desde los cinco años presentan daño por exposición al ruido.
“No existe una regulación que nivele el ruido en estos aparatos. Muchos de ellos son de origen extranjero y entran muy fácilmente al país. Pueden ser teléfonos celulares, carros, ametralladoras y muñecas, entre otros, que generan un nivel de ruido importante.
Si están a 2.5 centímetros del oído pueden llegar hasta 120 decibeles. La legislación dice que los oídos no deben someterse a ruidos que superen los 115 decibeles, o sea, que constituyen un factor de riesgo. Si los niños pasan periodos mayores de 15 minutos manipulándolos, se genera una lesión auditiva que puede ser temporal y llegar a ser irreversible. El acúfeno o zumbido de oídos, indicó, es un signo temprano de lesión acústica.
Martha Orozco Medina, de la Universidad de Guadalajara, comentó que niños y jóvenes se exponen a altos volúmenes de contaminación acústica en ferias, por los juegos mecánicos. Los oídos de los niños son muy sensibles, perciben más los sonidos; hay que tener especial cuidado. Luego los llevan de un año a bodas o 15 años y no les ponen tapones; es una agresión directa. Hace falta mucha educación en cuanto al ruido de tipo recreativo; (falta) generar foros y profesionales que atiendan este aspecto.