Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Francisco advirtió hoy de las “patologías sociales” que amenazan a la humanidad junto a la pandemia, como el “individualismo”, y aseguró que sin colaboración y sin ayudar a los más débiles “no podremos curar el mundo».
“La pandemia ha resaltado lo vulnerables e interconectados que somos. Si no nos cuidamos entre nosotros, a partir de los últimos, de los más afectados y la creación, no podremos curar el mundo”, dijo al comienzo de la audiencia general en el Palacio Apostólico.
El papa, que sigue celebrando esta audiencia en palacio y no en la plaza de San Pedro para evitar las aglomeraciones de fieles, subrayó que “el coronavirus no es la única enfermedad a combatir».
“La pandemia ha sacado a la luz patología sociales más amplias, como una visión distorsionada de la persona que ignora su dignidad. A veces miramos a los demás como objetos de usar y tirar”, lamentó. Esa actitud, a su parecer, “ciega y fomenta una cultura del descarte, individualista y agresiva que transforma el ser humano en un bien de consumo».
“Dios no nos creó como objetos sino como personas amadas y capaces de amar, nos creó a su imagen y semejanza. Nos donó una dignidad única, invitándonos a vivir en comunión con Él, con nuestras hermanos y hermanas, en respeto de toda la creación, en comunión, en armonía, podemos decir”, apuntó.
Por eso, llamó al mundo a vivir en “armonía”, a evitar las conductas individualistas, porque lo contrario sería una concepción “distorsionada” del mundo y de la vida. Francisco encomió “el compromiso de muchas personas en estos meses dando prueba del amor humano y cristiano” al asistir a los enfermos por la pandemia, “también con riesgo para su propia salud».
Y llamó a preservar en este contexto los Derechos Humanos, que definió como “piedra millar en el largo y difícil camino del género humano”, parafraseando a Juan Pablo II. “Los derechos no son solo individuales sino también sociales. El ser humano, en su dignidad personal, es un ser social creado a imagen de un Dios uno y trino. Somos sociales, necesitamos vivir en esta armonía social, pero cuando hay egoísmo, nuestra mirada no va hacia la comunidad, sino que vuelve hacia nosotros. Esto destruye la armonía”, zanjó.