Algunos ‘youtubers’ populares ganan millones de dólares gracias al sitio de videos más famoso del mundo. Sin embargo, en un momento deciden detener o abandonar su carrera. Entre los casos recientes figuran los usuarios Casey Neistat o PewDiePie que, pese a audiencias millonarias, anunciaron que dejaban de hacer sus videoblogs.
Según el portal Lenta.ru, si bien no cerraron del todo sus canales en la popular plataforma, estos famosos ‘youtubers’ ya no publican material diariamente. El medio señala que las causas serían “un banal cansancio y la reticencia a seguir los gustos de los espectadores”.
La cara oculta de ser una ‘estrella’ de YouTube
Ser un popular y famoso ‘youtuber’ tiene su cara oculta. Incluso quienes han logrado más éxito a la hora de las ganancias se ven obligados a trabajar duro publicando videos a diario. “YouTube es como una cinta de correr“, revela el usuario Derek Muller. “Incluso después de que alcanzas el éxito, tienes que producir más y más videos nuevos. A nadie le importa si quieres hacerlo o no, mientras que nuestros deseos creativos no siempre coinciden con las demandas de la audiencia”.
El medio señala que los ‘videobloggers’ al final “quedan atrapados en su propia popularidad”, pues no pueden permitirse un descanso ni tomar un sustituto ni tampoco cambiar el formato de sus videos. Los seguidores se enganchan a la identidad del autor o al formato tradicional de los videos, reaccionando con hostilidad ante cualquier cambio. Por lo tanto, las estrellas de YouTube se ven obligadas a grabar episodios todos los días “para entretener al público”. En caso contrario, las visitas en sus canales caen, y también lo hacen sus ingresos. La única salida es cambiar completamente de actividad.
La hora de decir ‘no’
Lenta.ru observa que YouTube se está desarrollando rápidamente, convirtiéndose en “la mejor plataforma de lanzamiento del mundo para publicar contenido de autor y formar la marca propia”. Un autor de videos que posee millones de seguidores tiene la oportunidad no solo de ganar dinero con sus publicaciones, sino también de crear proyectos secundarios o pasarse a una esfera más provechosa. “El único problema es que no todos se atreven a decir ‘no’ a sus espectadores a tiempo”, concluye.