La directora de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Raquel Pimentel, explicó este miércoles en el programa En la Mira, los protocolos que aplica la cartera antes y después de intensas lluvias como las ocurridas hace poco en el país, manifestando que lo primero es realizar una evaluación para luego accionar.
Al hacer recomendaciones generales como especialista, destacó que SP ahora mismo tiene una campaña para que la gente recuerde el manejo adecuado del agua, porque ahora no hay mucha garantía de que los acueductos estén libres de contaminación.
“A las personas se le insiste por cada galón de agua las cinco gotas de cloro y dejarlo reposar por media hora antes de consumir. Lo mismo para alimentos y frutas, hay que lavarlos y sumergirlos en agua que está descontaminada para evitar las bacterias”, aconsejó.
Los trabajos de prevención, expresa Pimentel, comienzan desde el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) con compartir las informaciones en cuanto a cuál es la magnitud de la población que se desplaza, creación de albergues y daño material, previendo las respuestas para enfrentar los daños.
“Se identifican los sectores de vulnerabilidad (embarazadas, niños menores de 5 años, adultos mayores, discapacitados y las personas que padecen de alguna enfermedad crónica) porque de esa manera podemos asegurar que no haya un deterioro en el estado de esas personas”, manifiesta.
Verifican si las personas que padecen alguna enfermedad, en especial hipertensos y diabéticos, tienen el tratamiento y si no, se les suministra. Ya luego del evento se ejecutan acciones para contener brotes en el albergue, se aplican vacunas como el refuerzo del tétanos, difteria y tosferina.
Asimismo, se tiene vigilancia con los febriles porque pueden darse casos de leptospira, bacteria que penetra la piel, sobre todo cuando está muy mojada. En esta parte, cita como referente las tormentas Noel y Olga, que tras dos semanas hubo el más grande brote de leptospirosis en el país: 300 casos por semana.
Generalmente, la fiebre por leptospira puede presentarse a las dos o tres semanas y presenta otros síntomas como dolor corporal que se focaliza en las pantorrillas, así como también una resistencia visual a luz.
