El 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de tratar cuestiones relacionadas con el sector lechero en todo el mundo y para incentivar el consumo de leche en todo el mundo.
La leche es un alimento muy nutritivo que proporciona energía, proteínas y micronutrientes a quiénes la consumen, y contribuye a reducir el hambre y la desnutrición en el mundo.
Se dice que es uno de los alimentos más completos que existen. No en vano, es el primer alimento que toman los seres humanos al nacer.
Un vaso de leche aporta aproximadamente un 30% de la dosis diaria de calcio recomendada, elemento imprescindible para la formación y desarrollo de los huesos. Además, contiene otros nutrientes necesarios para la vida como fósforo, magnesio, zinc, yodo, selenio y vitaminas A, D y del complejo B. También contiene ácidos grasos, hidratos de carbono, proteínas y agua.
Además de lo más obvio, son múltiples los beneficios de consumir leche y derivados lácteos, como yogures y quesos.
- Ayuda a conciliar el sueño. Siempre se ha dicho que un vaso de leche caliente antes de acostarse iba bien para relajarse.
- Es importante para la hidratación, ya que contiene gran cantidad de agua.
- Previene enfermedades crónicas no trasmisibles como la diabetes, la hipertensión o trastornos cardiovasculares.
- Ayuda a mantener los huesos fuertes y sanos, gracias al calcio y otros elementos.
- Previene las afecciones dentarias y bucales.
- Neutraliza la acidez estomacal ya que es un alimento alcalino.
- Promueve el crecimiento de la flora bacteriana intestinal.
Se recomienda la ingesta de al menos tres porciones de lácteos o derivados al día, siendo muy importante crear el hábito en los niños.
Intolerancia a la lactosa
Aunque hemos hablado de que la leche es un alimento muy nutritivo y beneficioso para el organismo, muchas personas desarrollan intolerancia a la lactosa.
La lactosa es un carbohidrato o azúcar de origen natural presente en la leche y en los productos lácteos. Pero para descomponerlo el cuerpo necesita la encima de la lactasa. Muchas personas no producen suficiente lactasa y tienen problemas de intolerancia.
En ese caso, los expertos recomiendan consumir leche con bajo contenido en lactosa, o sin lactosa, o probar con otros productos lácteos como los yogures y el queso que tienen menos cantidad de lactosa que la leche en sí.
Además de las leches sin lactosa, existen bebidas de soja, arroz, avena, que pueden de alguna manera sustituir a la leche.