Leonel Fernández
EX PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
En la recta final de la campaña electoral presidencial de los Estados Unidos, todo apunta a indicar que el voto de la población latina será decisivo en determinar quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, si la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, o el republicano, Donald Trump.
Conforme a distintos sondeos de opinión, a tan sólo 24 horas de que los votantes acudan a las urnas, Hillary Clinton tiene 84 por ciento de posibilidades de ser la próxima Presidenta de los Estados Unidos, frente a un magro 16 por ciento de Donald Trump.
No es que Trump se encuentre completamente descartado. Pero es que sus posibilidades son cada vez más remotas, ante el empuje y dinamismo mostrado por los votantes latinos, que ya han empezado a manifestarse en forma masiva en favor de la candidata demócrata en las elecciones anticipadas que se han ido celebrando en distintos estados.
Para este año, 2016, hay una cifra sin precedentes de 27.3 millones de latinos registrados para ejercer el derecho al voto el 8 de noviembre.
Eso representa cerca de ocho millones de votantes adicionales de cuando Barack Obama fue electo presidente por primera vez en el 2008; y cuatro millones más desde la última batalla electoral en el 2012.
Ese incremento proviene, de acuerdo con investigaciones realizadas por la prestigiosa firma de analistas, Pew Research Center, en primer lugar, de jóvenes nacidos en los Estados Unidos, de padres latinos, que ahora, en el 2016, han alcanzado la edad de adulto, y ejercerán, por vez primera, el derecho al ejercicio del sufragio. Ese segmento de la población latina representa un 3 2por ciento de la totalidad de la población hispanoparlante en los Estados Unidos.
En segundo término, el aumento provendrá de los 2.2 millones de migrantes que se han naturalizado como ciudadanos norteamericanos, y ahora se sumarán, también, al nuevo núcleo de votantes, lo que constituye una cuarta parte de la población latina; y, finalmente, del número creciente de puertorriqueños que debido a la crisis que durante los últimos años ha azotado la isla caribeña , se han ido trasladando de manera significativa al territorio norteamericano, especialmente al centro de la Florida, donde podrán votar en las elecciones presidenciales.
De Obama a Hillary
En los comicios presidenciales del 2012, los electores latinos respaldaron, de manera aplastante, con un 71 por ciento de los votos, al candidato demócrata, Barack Obama, sobre el candidato republicano, Mitt Romney.
Esa votación por parte de los latinos fue la más alta que un candidato demócrata había recibido desde 1996, cuando Bill Clinton logró capturar el respaldo, para su reelección presidencial, del 72 por ciento de los electores de origen latino.
Para ese entonces, el voto latino representaba el 10 por ciento de la totalidad de los votantes norteamericanos, y fue determinante en el apoyo que Obama recibió en los nueve estados que entonces se encontraban en mayor disputa.
De esos nueve estados, hubo tres que se constituyeron en escenarios de fuertes combates, pero al final se inclinaron en favor del triunfo electoral demócrata, que fueron, Florida, Nevada y Colorado.
En el 2012, Obama ganó la Florida con un 60 por ciento de los votos, lo que representó un incremento de tres puntos porcentuales con respecto del 57 por ciento que había alcanzado cuatro años antes, en el 2008.
En Colorado, el apoyo que Obama obtuvo de la comunidad latina fue de 75 por ciento, 14 puntos porcentuales más de los que había logrado en el 2008, cuando conquistó el 61 por ciento del voto hispano.
En Nevada, el presidente Obama fue receptor del 70 por ciento del sufragio, aunque en ese caso se experimentó un descenso con respecto a la votación de 2008, cuando logró obtener el 76 por ciento de los votos de la población latina.
En síntesis, el apoyo de la comunidad latina fue categórico en los dos triunfos electorales del presidente Barack Obama frente a sus competidores republicanos, en un momento en que los temas más importantes para la población latina eran los relativos a la economía, el empleo, la educación y la salud.
En la actualidad, esos temas siguen teniendo relevancia para los votantes latinos, pero a esos se le ha añadido otro de singular importancia para la venidera contienda electoral, como es el caso de la migración; y esto así, debido a las groseras, desconsideradas y humillantes declaraciones, a lo largo de la campaña, del candidato republicano, Donald Trump.
Este ha señalado, en múltiples ocasiones, que de resultar electo, procederá a deportar a los 11 millones de migrantes indocumentados que se encuentran en territorio norteamericano, así como de que erigirá un muro en la frontera con México, cuya construcción será costeada por el propio pueblo azteca, para frenar el flujo, según Trump, de violadores y narcotraficantes procedentes de ese país hacia los Estados Unidos.
Las declaraciones del candidato del Partido Republicano, a pesar de la diversidad de los grupos latinos en los Estados Unidos, han contribuido, sin embargo, a movilizar y a unificar el voto de la comunidad latina en favor de la candidata demócrata, Hillary Clinton, que a tan sólo un día de la celebración del certamen electoral se encuentra por encima del 70 por ciento.
Latinos en el 2016
De los 27.3 millones de latinos registrados para ejercer el derecho al sufragio, se estima que cerca de 15 millones efectivamente lo hará.
La mayor parte de esos votantes, sin embargo, se encuentran dispersos en tres estados donde el voto está claramente definido en favor de los demócratas o republicanos, que son California, Nueva York y Texas.
Pero, de igual manera, hay cuatro de los ocho estados donde se estima que los resultados serán más reñidos, donde el voto latino equivale al menos al 15 por ciento de la totalidad de electores. Esos estados son Nevada, Arizona, Florida, y Colorado.
De los cuatro estados restantes, Georgia, Iowa, Carolina del Norte y Ohio, la comunidad latina representa el 5 por ciento de la población con derecho al voto.
En Nevada, el número de latinos con capacidad para votar se incrementó de 228,000 en el 2008, a 338,000 en el 2016, lo que representa, en tan sólo ocho años, un incremento de 70 por ciento.
En Arizona, la proyección de electores latinos para este año será de 1 millón 300 mil, o lo que es igual, casi 500,000 adicionales a los de las elecciones de 2008.
En la Florida, donde los latinos representan el 17 por ciento de la totalidad de los votantes, los ciudadanos elegibles para ejercer el sufragio han aumentado, de 2 millones en el 2008, a 2 millones 800 mil en la actualidad.
Un aspecto importante a tomar en consideración en el presente torneo electoral es que el 54 por ciento de los votantes latinos registrados considera que el Partido Demócrata expresa mayor preocupación por los problemas que afectan a la comunidad latina, que el Partido Republicano, que sólo recibe el reconocimiento del 11 por ciento de los potenciales votantes.
De acuerdo con la sabiduría convencional, para que un candidato presidencial estadounidense pueda competir con posibilidades de éxito, requiere del respaldo de al menos el 40 por ciento del voto latino.
A tan sólo un día de que los norteamericanos acudan a los centros de votación para seleccionar a su próximo mandatario o mandataria, diversas proyecciones indican que Hillary Clinton podría obtener hasta 290 colegios electorales, 20 más de los requeridos para alzarse con la victoria.
Por su lado, los mismos pronósticos señalan que en el mejor de los escenarios, salvo algún acontecimiento imprevisible, el techo electoral del candidato republicado, Donald Trump, se sitúa en 209 colegios electorales, 61 menos de los indispensables para ser considerado ganador.
Para que se produzca el milagro de un triunfo electoral republicano, Trump, además de ganar en Arizona, Iowa, Ohio, Utah, Carolina del Norte, Florida y New Hampshire, tendría forzosamente también que resultar victorioso en por lo menos uno de los siguientes estados: Pennsylvania, Nevada, Colorado, Michigan, Wisconsin, Virginia, Nuevo México y Minnesota.
Eso, naturalmente, a estas alturas, resulta prácticamente imposible.
Por consiguiente, todos los astros parecen estar alineados para que en estos momentos, en los Estados Unidos, luego de que Barack Obama llegase a ser el primer presidente afrodescendiente, ahora Hillary Clinton logre convertirse en la primera mujer gobernante de la principal potencia del mundo.
Que así sea.