No existe nada más irritante que sentirse somnoliento y con falta de sueño por las mañanas, finalmente es el momento en el que mayor energía debemos de tener. El mayor problema viene cuando se vuelve una condición crónica y no podemos identificar por qué el sueño no es tan reparador, si bien existen varios factores que se relacionan con los principales trastornos del sueño ¿Sabías que el consumo recurrente de alcohol, puede ser lo que te mantiene despierto por la noche? Con esto en mente, un equipo de especialistas de Delamere se dedico a descubrir los efectos del consumo de alcohol en la calidad reparadora del sueño. Los hallazgos fueron contundentes.
Lo primero es lo primero: a estas alturas todos sabemos que dormir bien es tan importante para gozar de una buena salud como la dieta y el ejercicio.
Sin embargo, asegurar un descanso de calidad no siempre depende de nosotros y se relaciona con otros aspectos de nuestra vida cotidiana como las preocupaciones, la ansiedad, la depresión, el estrés y la vida laboral. Si a esto sumamos los eventos de una pandemia mundial, resulta más fácil entender las razones asociadas con el incremento en el consumo de bebidas alcohólicas y con patrones de sueño alterados.
¿Cómo afecta el alcohol el ciclo natural del sueño?
Durante años hemos normalizado el consumo de alcohol e inclusive, se ha relacionado como un buen aliado para dormir. Lo primero que tenemos que decir es que sin lugar a dudas el alcohol tiene un efecto adormecedor y la razón principal es que hace que la actividad cerebral disminuya, lo que puede inducir a sentimientos de relajación y somnolencia. Esto no quiere decir que conduzca a un descanso reparador y de calidad. No es ningún secreto decir que consumir alcohol en exceso puede afectar la calidad de su sueño y causar efectos negativos, desde dolores de cabeza y deshidratación hasta una mayor necesidad de orinar y sobrecalentamiento corporal.
Si bien suceden muchas cosas cuando consumimos alcohol, lo principal es que la sustancia se absorbe en el torrente sanguíneo desde el estómago. Las enzimas del hígado metabolizan el alcohol durante la noche, es por ello que durante este proceso, el alcohol seguirá circulando por el cuerpo, provocando interrupciones del sueño y mala calidad del sueño.
A grandes rasgos el consumo excesivo de alcohol implica consumir más de seis unidades de alcohol, en una sola sesión. Si bien dicha ingesta en un inicio puede hacer que el organismo entre en un sueño profundo, el problema es que se interrumpes los dos primeros ciclos del sueño REM. No podemos olvidar que el alcohol es un depresor, de tal modo que el inicio del sueño suele ser más breve para las personas y en algunos casos terminan por caer en un sueño profundo más rápido de lo habitual. Esto a menudo crea un desequilibrio en el ciclo del sueño entre el sueño de ondas lentas y el sueño REM e interrumpe la etapa de restauración que el cuerpo necesita durante el descanso. De tal modo que esto puede hacernos sentir agotados al día siguiente, sin importar cuánto tiempo permanezcamos en la cama e independientemente de los molestos síntomas de la resaca.
Lo cierto es que se cuenta con referencias científicas muy interesantes al respecto. Tal es el caso de un estudio del 2018, en el cual se comprobó que el alcohol puede afectar significativamente la calidad del sueño y esto es independientemente del consumo de unidades. Los investigadores analizaron los hábitos de sueño y alcohol de más de 4.000 adultos entre 18 y 65 años. Los resultados revelaron que la ingesta baja de alcohol redujo la calidad del sueño en un 9,3%, la ingesta moderada de alcohol redujo la calidad del sueño en un 24% y el alcohol en exceso redujo la calidad del sueño en casi un 40%.
Además, es importante mencionar que el consumo de alcohol se relaciona con otros problemas para dormir. Eso sin mencionar las alteraciones en la salud física, emocional y mental. Referente a los patrones de sueño, los estudios han confirmado una fuerte correlación entre el abuso de alcohol a largo plazo y los problemas crónicos de sueño. Las personas pueden desarrollar rápidamente una fuerte tolerancia al alcohol, lo que a menudo hace que tomen más bebidas alcohólicas antes de acostarse para comenzar a dormir. Además de provocar una mala calidad del sueño, el alcohol puede influir en muchos problemas de sueño.
Entre los principales se encuentran los siguientes:
– Sueños y pesadillas vívidos: cuando el alcohol sigue en el sistema durante la noche, seremos más susceptibles a las pesadillas y sueños vívidos. Cuando el nivel de alcohol en sangre desciende, el sueño se acorta y experimenta más memoria de sueños y sueño REM.
– Sonambulismo y parasomnias: el alcohol aumenta el riesgo de sonambulismo al aumentar la calidad del sueño de ondas lentas que experimentamos cuando se encuentra en el torrente sanguíneo.
– Problemas respiratorios: el consumo de alcohol puede provocar una respiración irregular y se conoce formalmente como apnea del sueño, un trastorno caracterizado por una respiración anormal y falta de aliento durante el sueño. La apnea del sueño es causada por la relajación de los músculos de la garganta, lo que crea más resistencia al respirar. Es por ello que el alcohol puede aumentar la probabilidad de roncar, ya que relaja los músculos del cuerpo, lo que significa que el tejido de la garganta, la boca y la nariz impedirá que el aire fluya suavemente, lo que provocará una vibración.
Claro que la recomendación para dormir mejor y evitar estas alteraciones relacionadas con el sueño es evitar consumirlo. Sin embargo, en ocasiones especiales se recomienda evitar beber cerca de la hora de acostarse. Es importante darle tiempo al cuerpo para procesar el alcohol, de acuerdo con los expertos se necesitan en promedio 2 horas por unidad para procesar el alcohol.