Cuando se habla de combustibles en la República Dominicana, el buscador arrastra automáticamente el nombre de Víctor- Ito- Bisonó, actual ministro de Industria, Comercio y Mipymes.
Aplaudido por unos, criticado por otros, lo cierto es que se ha convertido en uno de los funcionarios más populares del tren gubernamental que lidera el presidente Luis Abinader.
Aunque está consciente de la importancia del mercado de los hidrocarburos y su repercusión en la economía, puntualiza que el ministerio es mucho más que eso.
En la entrevista especial elCaribe-CDN, el funcionario ofreció montos exactos de los costos asumidos por el Gobierno para evitar mayores incrementos de los precios de los hidrocarburos y resaltó el crecimiento de la inversión extranjera, de las zonas francas y de las exportaciones a nivel general.
“Cuando tú sumas construcción, zona franca, servicios como call center, cine, software, moda, todo esos son servicios. Cuando buscas mipymes, manufactura, todo eso es industria y comercio”, sostiene. Asegura que hay señales clarísimas de que los ojos del mundo están puestos sobre esta nación para invertir.
Sostiene que la República Dominicana probablemente sea el país de mayor recepción de inversión extranjera en la región.
Lo atribuye a la estabilidad social, económica y política, sumado al buen manejo de la covid-19. Es justo esta combinación de factores lo que entiende ha puesto a este país caribeño en el “radal del mundo”.
¿Esto por qué? Se pregunta. En seguida dice que hay mucha liquidez. Agrega que la crisis, generada por la pandemia, ha provocado que los mercados suban en las bolsas internacionales, además de que muchas compañías registraron importantes ganancias y buscan dónde invertir. Sustenta dicho crecimiento en las estadísticas del Banco Central de la República Dominicana y las proyecciones favorables del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para el territorio nacional. Entre las actividades económicas que lideraron el desempeño en términos de valor agregado en el período enero-septiembre en suelo criollo fueron: hoteles, bares y restaurantes (31.8 %); construcción (30.0 %); manufacturas de zonas francas (24.2 %); transporte y almacenamiento (13.7 %); manufactura local (11.5 %); comercio (11.5 %); comercio (11.1 %) y explotación de minas y canteras (6.9 %).
Resalta que a la República Dominicana se le reconoce como un país de una alta resiliencia, diferenciándose de otras naciones que vieron detenerse su aparato productivo y cuya recuperación es lenta.
“En República Dominicana los sectores crecieron incluso en pandemia. Cuando nosotros llegamos habían 130 mil empleos, hoy día tenemos 180 mil empleos directos en zonas francas, los mayores números en los últimos 15 años de empleos directos en zonas francas”, afirma.
Como un gran impulso al sector definió el decreto 588-20, que declara de alta prioridad la industrialización, el cual según sus palabras textuales busca “unir las dos alas de la paloma de la producción: zonas francas y la industria, que siempre habían estado de espalda y nadie había asumido la tarea de unificarlas.
“En lo que va de año, llevamos más de diez mil millones de pesos más de ventas de la industria local a las zonas francas. Y las zonas francas compran seis mil millones de dólares al año y nosotros estamos creciendo en lo que le vendemos. Se le vende más o menos 100 mil millones de pesos, en lo que le vendemos del mercado local para que ellas lo exporten”, agrega.
Como ejemplo, cita la instalación de las primeras dos fábricas de plásticos asépticos en el país.
“Cuando tú terminabas los componentes médicos en cualquiera de las zonas francas, Las Américas, San Isidro, Itabo, donde están las grandes inversiones de componentes médicos, iban a Puerto Rico a envolverlo”, deploró.
Según cifras que maneja el MICM, en cuanto a la manufactura de zonas francas, la actividad recuperó el 100 % de los empleos suspendidos a raíz del confinamiento, creciendo 24.2 % interanual en enero-septiembre 2021.
El crecimiento de la actividad económica de las zonas francas es atribuido a acciones de promoción, facilitación y asistencia al sector, que de enero a septiembre han crecido un 27 %, y un 21 % comparando con mismo período en 2019. Eso equivale a 1,110 millones de dólares exportados, más que en el 2020, y 920 millones de dólares más que en el 2019.
Estas empresas se ubican en Santiago (35.5 %), Distrito Nacional (11.8 %), San Pedro de Macorís (9.7 %), Santo Domingo (9.7 %), San Cristóbal (8.6 %) y resto (24.7 %). Las minas generarán nuevos empleos en los subsectores de tabaco y sus derivados (24.7 %), call centers (17.2 %), agroindustriales (7.5 %), servicios (7.5 %), aparatos médicos y farmacéuticos (5.4 %) y resto (37.6 %).
Asimismo, destaca que la manufactura local ha sido determinante en la trayectoria de recuperación, por ser uno de los principales generadores de empleos formales en el país, además de que las industrias dominicanas son la tercera fuente de generación de puestos de trabajo, con una tasa de ocupación de 10.33 %.
No se ha entendido la fórmula
El ministro destaca que el Gobierno dominicano ha asumido una carga fiscal de RD$12,500 millones en lo que va del año como subsidio para evitar mayores incrementos en los precios de los combustibles y se cumplieron compromisos con los importadores por más de 6 mil 325 millones.
Esto, según dijo, obedece a los incrementos de precios del petróleo, el cual alcanza el costo que superan los 85 dólares, cuando el precio promedio proyectado en el presupuesto de este año, fue de US$45.5 por barril.
“Hay gente que no ha entendido la famosa formulita, porque la estructura no depende solamente del precio del valor del petróleo, también depende de las importaciones de destilados, de los fletes, de los seguros y de una serie de cosas que son cálculos que se hacen y que no son una fórmula de la República Dominicana, también se puede buscar en los sitios donde hay mercados regulados”, sostuvo el exlegislador.