El presidente Donald Trump dijo este martes que se negaría a firmar el paquete de estímulos que el Congreso aprobó menos de 24 horas antes y que incluye pagos directos de $600 dólares para la mayoría de los estadounidense y prestaciones por desempleo de $300 dólares semanales. El mandatario pidió que se apruebe otro paquete que contemple cheques individuales de $2,000 dólares.
El presidente culpó a los demócratas en un vídeo de cuatro minutos desde la Casa Blanca y que publicó en Twitter. Sin embargo, han sido la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y otros legisladores demócratas quienes insistentemente han abogado por ayudas económicas de $1,200 dólares, pese a la oposición de muchos republicanos. Sin embargo, el secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, sugirió la ayuda de $600 dólares.
Trump pidió al Congreso enmendar el plan de estímulo de $900,000 millones de dólares y la ley de financiación federal y se refirió al paquete legislativo como “una vergüenza” que no aprobaría inmediatamente. El magnate pidió aumentar los “ridículamente bajos” cheques de estímulo de $600 dólares a $2,000 dólares y enumeró una lista de disposiciones de un proyecto de ley que describió como “gasto inútil”.
“También le pido al Congreso que se deshaga de inmediato de los elementos innecesarios y derrochadores de esta legislación, y que me envíe un proyecto de ley adecuado, o de lo contrario la próxima Administración tendrá que entregar un paquete de ayuda para COVID. Y tal vez esa administración sea yo”, dijo Trump, que aún no acepta su derrota electoral.
Entre esas partidas que describió como “inútiles”, el presidente criticó que las familias en las que haya al menos un miembro indocumentado (las llamadas de estatus migratorio mixto) puedan recibir esta vez el cheque de estímulo e incluso puedan optar al primero de manera retroactiva. Organizaciones en defensa de estas familias celebraron ayer esta decisión, que Trump ahora ataca.
La propuesta de ley de 5,593 páginas se presentó el lunes por la tarde y esa misma noche la aprobaron la Cámara de Representantes y el Senado por amplias mayorías bipartidistas. Los legisladores evitaban así un cierre temporal del Gobierno por falta de financiación.