Tener un peso saludable es uno de los aspectos más importantes que podemos controlar para gozar de buena salud y prevenir todo tipo de enfermedades, la realidad es que el peso corporal se relaciona con muchas condiciones y es clave vigilarlo. Bajar de peso también es un tema de gran relevancia estéticamente hablando y es por ello que se ha vuelto el eje central de una larga lista de productos, dietas, programas detox y de todo tipo de actividades físicas.
Se trata de un tema complejo en el que intervienen numerosos factores, normalmente cuando perdemos peso muy aceleradamente se aumenta el riesgo de padecer el famoso “efecto yoyó” o rebote, dichos términos se refieren a aquellos casos en los que se recupera el peso perdido con facilidad.
Se dice que este concepto nació como consecuencia a las dietas milagro que a grandes rasgos se refieren a planes alimenticios considerados dañinos para la salud; esto se debe principalmente a que son considerados poco nutritivos, muy bajos en calorías y altamente restrictivos. La realidad es que someter al cuerpo a un período de sacrificio, sin embargo eventualmente este tipo de limitaciones a la larga producirán ansiedad por la comida y de la mano se presenta “el efecto rebote”.
¿Por qué sucede el efecto rebote?
El cuerpo es verdaderamente espectacular y tiene la sabiduría de saber mantener el peso corporal en parámetros que pueden variar entre los 2 y 5 kg cuando no se hace ningún tipo de dieta. Esto quiere decir que no engordaremos por “un atracón” cuando comemos mucho en un banquete o evento, lo que sucederá es que el organismo se mantendrá durante varias horas realizando la digestión y es probable sentirse muy satisfecho y sin hambre por varias horas.
Lo que sucede al hacer dietas desequilibradas y que se destacan por su bajo contenido en calorías, es que al organismo de manera constante le faltan nutrientes y energía es por ello que se pierde peso rápido, pero sólo temporalmente.
El cerebro suele reaccionar ante comer muy poco y eventualmente hará que comamos más, buscando una especie de mecanismo de recuperacióny es aquí en donde se tiende a ganar el peso perdido.
Diversos especialistas en nutrición señalan que las dietas que se relacionan con un efecto rebote nulo, son aquellas que promueven el consumo de todos los grupos de alimentos, mantienen la masa muscular y nos enseñan buenos hábitos alimenticios. A la vez esta comprobado que las personas que logran mantener un peso estable por largos períodos de tiempo, son aquellas en las que sus niveles de glucosa se mantienen lo más estables posible a lo largo del día, en gran parte gracias a la secreción de insulina.
Especialistas declaran que el efecto yoyó se da con mayor incidencia después de consumir comidas ricas en hidratos de carbono, ya que por una parte el cuerpo los almacenará en forma de glucógeno en el hígado y los músculos, de tal manera que es utilizado como energía por el organismo. Sin embargo cuando la ingesta en estos nutrientes es excesiva se activa la lipogénesis, que se trata de un conjunto de reacciones químicas en las cuales el cuerpo transforma este sobrante de hidratos de carbono en grasa y se almacena en los adipocitos, es ahí cuando se da el famoso efecto yoyó.
Otra de las circunstancias que se dan con normalidad es que el metabolismo corre el riesgo de volverse más lento, esto se debe a que el organismo de cierta manera se adapta a la escasez y gasta cada vez menos energía, se podría decir que es una especie de mecanismo de defensa para no quedarse sin reservas. Gracias a esto el cuerpo aprovecha todos los nutrientes que entran, con especial énfasis en las grasas y también es otro factor que causa el efecto rebote.
Someter al organismo a estos drásticos cambios en la alimentación y a una reducida ingesta calórica hace que el cuerpo se vuelva resistente a estos cambios, es por ello que se va perdiendo la capacidad de perder peso y cada vez será más difícil adelgazar. Es recomendable bajar de peso gradualmente y con nutrición, es importante evitar que baje la masa muscular y seguir una dieta con un buen aporte calórico y la debida planeación. Expertos recomiendan los planes de 1,500 calorías al día, asegurando el equilibrio en la dieta integrando proteínas, grasas saludables, fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos.