Pedro Brand. Por fin, los restos de Carla Massiel Cabrera Reyes descansan en una tumba. Pero la sed de justicia de su madre, Diolandita Cabrera, le impide utilizar el término “en paz”.
“Cuando estén todos los culpables apresados es que mi niña descansará en paz”, expresó la madre antes de llevar su osamenta al cementerio municipal de este municipio, donde fueron sepultados en medio del dolor y el llanto de ella, familiares y vecinos, pasada las 12:00 del mediodía de ayer.
Carla Massiel fue velada desde el pasado viernes después de que la Procuraduría General de la República entregara la osamenta de la niña, quien fue reportada desaparecida en junio del año pasado en este municipio y encontrada enterrada en agosto del presente año.
Dice que está convencida de que ese era su cuerpo, pero entiende que no se ha hecho justicia, porque hay responsables de la desaparición y posterior muerte de su hija, libres. La niña, cumpliría ayer 11 años. Hasta la funeraria y después al cementerio se presentaron el síndico Ramón Pascual Gómez (Mello) y el diputado José Laluz, en muestra de solidaridad con sus deudos. Laluz declaró que con el entierro de la niña el caso no queda resuelto y, por tanto, no se cierra. Insiste en que hay que seguir investigando y encontrar a otros responsables.
Dijo que el acta de defunción establece muerte por causa desconocida.
Hasta ahora por el caso está imputado Darwin Trinidad Infante, quien asegura que le pagaron US$ 3,600 por enterrar el cuerpo, próximo a donde vivía la niña en la comunidad Los García, distrito municipal de La Guáyiga.