Unos días más que otros, pero usualmente todos tenemos algún antojo durante el día, y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Tener antojos no quiere decir que siempre los cumplamos, pero sí es un mensaje de nuestro organismo dependiendo del tipo de capricho que tengamos.
¿Pero por qué se me antoja algo dulce, algo salado o algo frito?
Cuando tu cuerpo te pide a gritos algo dulce, es probable que te falten carbohidratos. Tu cuerpo está pidiendo un golpe rápido de energía, así que busca azúcar. Además el azúcar libera dopamina, un neurotransmisor que produce la sensación de placer. Para evitar que te ocurra, consume alimentos integrales que te brindarán energía suficiente.
Lo salado
Cuando buscas algo “saladito” es posible que tu cuerpo necesite vitamina C o potasio. La mejor manera de obtener estas sustancias es consumir arándanos, tomates, aceitunas, espinacas, cítricos y ciruelas pasas.
La comida frita
Luego de varios días de alimentarse saludablemente, cuidando los niveles de grasa y calorías en la dieta, es posible que se te antoje un snack lleno de grasa. Esto puede ocurrir por una necesidad emocional de disfrutar un alimento prohibido luego de haberte portado tan bien. Si definitivamente el antojo es más fuerte que tú, intenta algo preparado con grasas saludables como el aceite de oliva, el aguacate o el aceite de semilla de uva.
Los carbohidratos
Pastas, pan, papas, tortillas, arepas, son todos alimentos difíciles de resistir, pero al aumentar los niveles de insulina en el cuerpo los carbohidratos favorecen la acumulación de grasas; y cuanta más insulina se libere, más ganas de carbohidratos tendrás. Lo mejor para evitar este tipo de antojos es consumir grasas saludables como aguacate, nueces, huevos y aves.
