“No rinde cuentas a nadie, ni al directorio ni a los accionistas, los que supone una mala práctica de gobierno. Es su propio jefe y esto claramente no ha funcionado”, aseveró Michael Frerichs, tesorero del Estado de Illinois, que invirtió alrededor de 35 millones de dólares en Facebook. Esta sería la principal razón detrás del intento por ‘eliminarlo’.
Los inversores consideran que la crisis de Cambridge Analytica, así como la interferencia de países como Rusia en las elecciones, se ha visto agravados por la forma en que se gestiona al interior de Facebook, donde la estructura de gobierno blinda completamente a Zuckerberg.
“Tenemos preocupaciones sobre la estructura del consejo de la compañía que no parece estar preparada para abordar riesgos tanto reputacionales como regulatorios y de cualquier otro tipo”, señaló el contralor de Nueva York, Scott Stringer, que supervisa alrededor de 895 millones de dólares en acciones de Facebook.
La estructura accionarial de Facebook es otra de las polémicas, ya que ofrecería demasiado poder a Zuckerberg y a su equipo de directivos. “Como ocurre en otras compañías del sector, como Snap o Alphabet, las acciones de la de Menlo Park, California, se clasifican en dos tipos, Clase A y Clase B. Zuckerberg posee el 75% de las acciones de Clase B, que tienen 10 veces el poder de voto de las acciones de Clase A”, explica el medio antes citado.
Debido a todo es que los inversores proponen que un nuevo ejecutivo tome el rol de presidente de Facebook, en lugar de Zuckerberg, y además exigen una nueva estructura accionaria para minimizar la actual concentración de poder en manos del CEO.