LONDRES. Un hombre y su hija de cinco años se convirtieron en el centro de atención al recibir una multa de 150 libras esterlinas (195 dólares) por vender limonada casera sin licencia en Londres.
Andre Spicer dijo que su niña echó a llorar cuando funcionarios del concejo local la multaron por vender limonada cerca de su casa en la capital de Inglaterra a la gente que iba al festival de música Lovebox.
Los cuatro funcionarios se acercaron a la niña y comenzaron a hablarle en términos legales, diciéndole que su puesto de limonada violaba los derechos de los negocios locales.
Spicer contó que su hija comenzó a llorar a la mitad de la interacción con los agentes y le dijo: “Hice algo malo, papá. Hice algo malo”.
“Creo que en un comienzo estaba en shock y triste”, señaló Spicer. “Luego le sugerí que lo intentáramos de nuevo pero ahora con un permiso. Y ella contestó: ‘Oh, me da un poco de miedo”.
El padre espera que su hija supere esta “dolorosa” anécdota y siga desarrollando sus ideas emprendedoras.
Spicer escribió un artículo sobre el incidente en el periódico Daily Telegraph, que recibió cientos de comentarios y fue compartido en las redes sociales. La autoridad local dijo el viernes que cancelaba la multa.
“Lamentamos mucho lo sucedido”, dijo el concejo en un comunicado. “Contamos con que nuestros agentes del orden demuestren sentido común y utilicen su autoridad de manera sensata. Evidentemente, eso no ocurrió esta vez”.