PUERTO PRÍNCIPE – Un nuevo informe publicado hoy por el Banco Mundial revela que el sector de la salud necesita un mayor nivel de inversión pública y una mejor asignación de recursos para mejorar el acceso a la salud de todos los haitianos.
El informe, titulado “Mejor gasto, mejor atención: una mirada al financiamiento de la salud en Haití”, subraya que el gasto público per cápita en salud es de US$13 al año, por debajo del promedio de US$15 en los países de bajo ingreso y mucho menos que el promedio entre sus vecinos, como la República Dominicana (US$180) y Cuba (US$781).
Asimismo, aunque hubo un aumento significativo del financiamiento proveniente de ONGs y de la comunidad internacional tras el terremoto, este financiamiento está disminuyendo abruptamente, poniendo en dudala sostenibilidad de las inversiones en el sector.
Teniendo en cuenta las recurrentes emergencias que azotan al país, más de la mitad del gasto total en salud se dirige a la atención curativa, en lugar de preventiva. De hecho, el 38 por ciento del gasto total en salud se destina al sector hospitalario, más que nada debido al elevado número de hospitales, una cifra muy por encima de países como Burundi (23 por ciento) o Tanzania (26 por ciento). Los hospitales muchas veces carecen de equipamiento para prestar la atención necesaria, y el actual nivel de gasto no ha dado lugar a una mayor prestación de servicios. El costo de atender pacientes internos es mucho más elevado que en los centros de salud primarios. La relación de clínicas por habitante a nivel nacional es de 0,3 cada 10.000, muy por debajo de la norma establecida por el Ministerio de Salud Pública y Población de Haití.
“La disminución de la ayuda internacional significa que a menos que se priorice la atención primaria de la salud mediante un mayor acceso a tratamientos esenciales para los más necesitados, la cobertura universal de salud no será posible”, dijo Eleonora Cavagnero, Economista en Salud para Haití del Banco Mundial y autora principal del informe.
La esperanza de vida aumentó, y la mortalidad materno infantil se redujo a la mitad entre 1990 y 2015. De todas maneras, Haití sigue siendo vulnerable a una serie de desafíos sanitarios: la tasa de mortalidad materno infantil es entre cuatro y cinco veces más elevada que en el resto de América Latina y el Caribe. Solo el 68 por ciento de los niños menores de 24 meses recibieron las tres vacunas que previenen la difteria, el tétano y la tos ferina, comparado con 80 por ciento en países de ingreso similar.
La Enviada Especial del Banco Mundial para Haití, Mary A. Barton-Dock, apunta que “no se han realizado inversiones en áreas que las requieren. Bajo el actual esquema de significativas restricciones presupuestarias, lo que se necesita es un mecanismo de financiamiento orientado a resultados para hacer que el sistema de salud sea más eficiente y equitativo”.
El informe plantea opciones para alcanzar una mejor atención a la salud mejorando el gasto, así como la cobertura de saludentre los más pobres:
Aumentar el gasto público en salud: a pesar de las necesidades sanitarias del país, el presupuesto público para la salud disminuyó de manera significativa en los últimos doce años, descendiendo del 16,6 por ciento del presupuesto nacional en 2004 (por encima del promedio para América Latina y el Caribe) al 4,4 por ciento del presupuesto actual. Debido a la brusca reducción del financiamiento aportado por donantes que tuvo lugar en los últimos años, el gobierno debe proyectar un aumento inmediato del gasto público en salud y mejorar la coordinación de la ayuda internacional. La creación de impuestos especiales —sobre el tabaco y el alcohol, por ejemplo— podría ayudar a recaudar fondos para el sector de la salud.
· Priorizar la atención de salud primaria y preventiva: esto implica redirigir fondos a la atención primaria, priorizando y calculando el costo dentro del actual Plan Maestro para la Salud. Apuntalar la prestación de servicios de atención sanitaria primaria y preventiva sería de gran ayuda a la hora de disminuir las principales causas de mortalidad en Haití. Los socios para el desarrollo deberían financiar la asistencia técnica necesaria para que los hospitales alcancen la viabilidad financiera, fortalezcan la infraestructura existente y pongan en práctica una política de licencias. Este cambio en las inversiones dirigidas al sector de la salud debería tener una base empírica.
Mejorar el acceso equitativo a una atención de salud de calidad: esto se logrará creando un mapa de establecimientos sanitarios, reclasificándolos para mejorar su capacidad operativa y estableciendo una red de derivaciones funcional. Esta reclasificación ayudará a mejorar la distribución de equipos médicos y medicamentos. Se debe llevar a cabo una política que promueva un acceso geográfico más equitativo a los servicios de salud primarios. Entre aquellos hogares que no consultaron a un profesional de la salud, el 49 por ciento respondió que no lo hicieron por motivos financieros. Esta política también promete mejorar la eficiencia y rentabilidad de la prestación de servicios de salud primarios al vincular el financiamiento de personal e instituciones sanitarias con los resultados.