Por: Juan Ruperto Torres.
San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. -El autor es declamador, poeta, gestor cultural, orador de verbos flamígero. Tomado del Club de Escritores de Santiago Rodríguez.
Mi pueblo
Por llegar a Sabaneta me detuve en las Caobas
pensando mucho en la Joya y en el hielo que se hacía,
quise moler en trapiche el Guanal que no tenía.
Josían que me decía sus décimas bien copladas
saltó a Bolsillo con ganas describiéndome el paisaje.
Las aguas del Yaguajay me dejaron en la orilla
del Cercadillo olvidado de doña Valentina
que con granos de maíz construía la camilla
de la mujer con guarapo y piel de redecilla..
Me olvide que en Marién existía un Guayubín
de aguas cristalinas para irrigar nuestro mango,
la flor de la caoba y el aguardiente Ninín
que anduvo por las calles ebrio, también cantando.
El tabaco me faltaba como fuente de sustento
del pasado reciente de esta tierra prometida
que al maní sustituyó y nos dio mucho provecho
para comprar el vestido a la niña consentida.
De Villa llegan las musas vestidas de terciopelo.
Las moncioneras son vírgenes del paraíso,
que con las sabaneteras, parece que Dios la hizo,
dotadas de su grandeza para que brillen y luchen…
como Santiago Rodríguez..