Washington
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó hoy que "no hay justificación posible para la violencia contra los agentes de la ley", tras la muerte de tres policías en un ataque perpetrado por varios individuos en Baton Rouge (Luisiana).
"Condeno en los términos más fuertes el ataque contra los agentes de la ley en Baton Rouge", dijo Obama en una declaración emitida por la Casa Blanca, en la que recordó que esta es la segunda vez en dos semanas que se produce un incidente de este tipo, tras el asesinato de cinco agentes el 7 de julio en Dallas (Texas) por un individuo que dijo que su objetivo era matar " policías blancos".
"Por segunda vez en dos semanas, los agentes de policía que ponen sus vidas en riesgo cada día por nosotros, estaban haciendo su trabajo cuando fueron asesinados en un ataque cobarde", dijo Obama en su declaración.
La Policía sospecha que el ataque de hoy, perpetrado como una emboscada, fue llevado a cabo por tres individuos, uno de los cuales murió en el tiroteo, y ha desplegado una intensa búsqueda por toda la ciudad para dar con el paradero de los otros dos.
Aunque se desconocen los motivos, el tiroteo se produjo en momentos en los que Estados Unidos vive momentos de fuerte tensión racial y protestas debido a los casos más recientes de violencia policial, uno de los cuales tuvo lugar precisamente en Baton Rouge.
"Estos son ataques contra servidores públicos, contra el imperio de la ley y contra la sociedad civilizada, y tienen que terminar", destacó el gobernante en su mensaje, que ha repetido varias veces en los últimos días en términos similares desde el ataque en Dallas.
El mandatario aseguró que aunque aún se desconocen los motivos de esta nueva matanza de policías, "no hay justificación posible para la violencia contra los agentes de la ley. Ninguna".
Tanto en el caso de Dallas como en el de Baton Rouge, los atacantes "no enmiendan errores. No impulsan ninguna causa".
"Eran nuestros compatriotas estadounidenses, parte de nuestra comunidad, parte de nuestro país, con gente que los quería y que necesitan que ahora hagamos, todos nosotros, lo mejor", afirmó.
Obama dijo haber ofrecido al gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, y al alcalde de Baton Rouge, Melvin Holden, todo su apoyo y el de las autoridades federales en la investigación e insistió en que "estos ataques son obra de cobardes que no representan a nadie".
"Y no les quepa la menor duda, se hará justicia", aseguró.
El tiroteo de hoy se produce después de que el viernes tuviera lugar en Baton Rouge un multitudinario entierro para despedir a Alton Sterling, un hombre negro de 37 años que se dedicaba a vender CD frente a un comercio y al que dos policía blancos le dispararon a quemarropa cuando ya lo tenían inmovilizado en el suelo tras detenerlo.
Su muerte y la de Philando Castile en Minesota, dos días después, también a manos de la Policía tras ser detenido en su vehículo por una infracción de tránsito, revivió las tensiones raciales en el país y provocó una ola de protestas lideradas por el movimiento "black live matters" (las vidas de los negros importan).
Ambos incidentes fueron registrados en vídeos y posteriormente divulgados por las redes sociales y medios de comunicación, lo que generó indignación.