NUEVA YORK._ La salud del emblemático bachatero dominicano Ramón Cordero, quien sufre desde hace años de cáncer en el colón, se deteriora progresivamente, confirmaron a este reportero el lunes músicos, promotores y amigos personales del artista.
Cordero, uno de los grandes ídolos de la bachata dominicana en las décadas de los 60, 70 y 80, se convirtió con el paso de los años, en uno de clásicos y referentes más importantes del género tanto en la República Dominicana como en internacionalmente.
Sus temas, siguen siendo buscados y escuchados por miles de seguidores de su música.
Los primeros fuertes percances en ruta al deterioro de su salud, lo comenzaron a afectar seriamente y con dolores extremos, en año, pasado durante una presentación en la discoteca “El Tina” en el Alto Manhattan, y a pesar de que los promotores del espectáculo le pidieron suspender la presentación e ir al hospital, el bachatero, rechazó la sugerencia, solicitó que le buscaran calmantes y así, subió a la tarima para cantarles a cientos de asistentes.
El lunes en la mañana a la clínica de cáncer Herbert Irving del hospital Presbiteriano en la avenida Fort Washington del Alto Manhattan, para un chequeo rutinario, pero el médico le dijo a la esposa de Cordero, que “ya no hay nada que hacer”.
Aunque la salud del popular bachatero, ha entrado en una fase crítica, él sigue en pie, estaba hablando, caminando y abordó un taxi con rumbo al condado Westchester junto a su esposa, dijeron las fuentes.
Pese al padecimiento por el cáncer, Cordero, se ha mantenido presentándose con frecuencia en restaurantes, lounges, discotecas y en eventos culturales en Nueva York y otros estados como New Jersey y Massachusetts, aún con la oposición de sus familiares.
Viaja periódicamente a Nueva York como un residente permanente legal estatus que logró al ser pedido por uno de sus hijos.
El bachatero les ha dicho a su esposa e hijos, quería regresar esta misma semana a la República Dominicana “a esperar su muerte”, acorde con la misma información.
Desde 2015, se ha estado gestionando ayuda del estado para ayudar al bachatero a cubrir los costosos medicamentes en su país natal, pero se desconoce si el Ministerio de Cultura, que se había comprometido, cumplió con la promesa.
Por Miguel Cruz Tejada