WASHINGTON (AP) — La Casa Blanca defendió enérgicamente el domingo las restricciones a la inmigración impuestas por el presidente, Donald Trump, mientras las protestas contra la medida se propagan en el país.
Algunos republicanos en el Congreso manifestaron públicamente su rechazo a los cambios en medio de las impugnaciones judiciales contra el decreto de Trump que prohíbe a personas de siete países de mayoría musulmana viajar a Estados Unidos, aunque los principales legisladores del partido apoyan al nuevo mandatario.
En una conferencia telefónica con reporteros, un funcionario de alto rango describió la aplicación de la medida como "una historia de éxito a gran escala" al afirmar que el decreto se puso en marcha "de manera impecable y con extraordinario profesionalismo".
Sin embargo, la situación es confusa en aeropuertos de todo el mundo y, en la noche del domingo, el gobierno parecía haberse retractado en cuanto a cómo se aplicaría la orden a ciertos grupos como los residentes con permanencia legal en Estados Unidos.
El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, dijo el domingo en un comunicado que ante la ausencia de información que indique una seria amenaza para la seguridad y el bienestar públicos, la residencia podría ser un "factor decisivo en nuestra decisión caso por caso".
Esto supondría que los nacionales de los países vetados con tarjetas de residencia permanente, conocidas como "green cards", se les autorizaría el ingreso de nuevo a Estados Unidos. Las autoridades habían dicho antes que se prohibiría el regreso a personas en esta situación. Se desconoce a qué tipo de revisión adicional serán sometidas.
La orden de Trump, que también suspende durante 120 días la admisión de refugiados y prohíbe indefinidamente la entrada de desplazados de Siria, provocó amplias protestas y críticas de demócratas y algunos republicanos.
Muchos han acusado al gobierno de poner en marcha los cambios a toda prisa, lo que provocó pánico y confusión en los aeropuertos del país.
"Se tiene una propuesta de revisión extrema que no tuvo el análisis profundo que debía", afirmó el senador republicano Rob Portman, quien exhortó al nuevo presidente a que "disminuya la velocidad" y trabaje con los legisladores sobre la mejor manera de endurecer las revisiones a los extranjeros que ingresen en Estados Unidos.
"Desde mi punto de vista, debemos todos respirar profundo y presentar algo que tenga sentido para nuestra seguridad nacional" y refleje que "Estados Unidos siempre ha sido un país de acogida para los refugiados y los inmigrantes", agregó.