La alopecia es más común en hombres que en mujeres.
Tanto hombres como mujeres se ven afectados por la caída del cabello, aunque en ellos la alopecia es mucho más común. Esto se debe principalmente a las hormonas masculinas, los andrógenos, pero la genética influye también, por lo que aquellos varones en cuya familia haya otros afectados por la calvicie o alopecia androgenética, tienen más probabilidades de desarrollarla.
Otras causas por las que se produce la caída del cabello son algunostratamientos médicos, estrés o carencias nutricionales. Además, el número de pelos que se desprenden cada día varía según el momento del año en el que nos encontremos, siendo a principios del otoño cuando la pérdida es mayor, debido a que la producción de ciertas hormonas disminuye a causa de la reducción de horas de luz solar.
De forma natural, cada persona pierde entre 50 y 150 pelos de media cada día, que se renuevan constantemente. Por ello, solo hay que alarmarse cuando la cantidad de pelo nuevo es inferior o de peor calidad que el que cae. No existen los milagros, pero sí muchos mitos y trucos caseros que prometen acabar con este problema estético, y la mayoría no tienen ninguna base científica, por lo que a continuación se dan variasrecomendaciones cuyos efectos positivos sí se han comprobado.
El estrés, nuestro enemigo
Es imprescindible reducir el estrés. Las situaciones estresantes y el cansancio pueden aumentar la caída del cabello. El estrés puede darse por motivos laborales, de ámbito personal o por agotamiento físico. Sea cual sea la causa que lo provoca, aprender a gestionar el estrés es posible y es beneficioso no solo para nuestro pelo, sino para nuestra salud global.
La clave está en la dieta
Es necesario llevar una alimentación equilibrada. En el pelo también se reflejan las carencias de ciertos nutrientes, por lo que es importante llevar una dieta saludable, variada y basada en productos frescos. Hay que consumir suficientes productos con vitamina A (presente en leche, huevos, pescado, zanahorias y varios vegetales), vitaminas del grupo B (se encuentran en cereales integrales, levadura de cerveza, vísceras de animales, las yemas de huevo, el germen de trigo, etc.), vitamina C(localizada en frutos cítricos, verduras verdes, pimientos y otras frutas),vitaminas del grupo E (presentes en la soja, los frutos secos, los huevos, en hortalizas verdes…) y vitaminas del grupo H (frecuente en cereales como la avena, el arroz y la cebada, en el maíz, la soja y los lácteos).
También los minerales juegan un papel importante en la salud del cabello:hierro, magnesio, zinc, selenio, azufre, cobre y las sales minerales son fundamentales para que el pelo se mantenga fuerte, con buen ritmo de crecimiento y con un cuero cabelludo sano. Así enumerado, puede parecer complicado mantener una dieta que siga estas indicaciones, pero lo importante es alimentarse de forma variada, dándole mayor importancia a frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales o huevos. Esto es beneficioso para todo el organismo y la salud se refleja también en nuestro pelo.
Champús, lociones, pastillas…
En cuanto a lociones, champús o tratamientos farmacológicos, los únicos productos que han demostrado, hasta ahora, su verdadera efectividad son los basados en minoxidil al 5% o finasterida. Ambos tratamientos deben ser supervisados por un médico y no son aptos para todo tipo de personas, ya que tienen efectos secundarios que conviene tener en cuenta. De hecho, las mujeres no pueden tratarse con finasterida en ningún caso.
Además, tanto los tratamientos con minoxidil como los de finasterida se deben usar a diario durante toda la vida para que sean efectivos, pues una vez dejan de suministrarse, el cabello continúa con su caída habitual. Por último, hay que remarcar que hay que comenzar el tratamiento lo antes posible, cuando la pérdida de pelo todavía no es demasiado importante, ya que estos principios activos frenan la caída pero no pueden reponer todo el cabello perdido.