SANTO DOMINGO.- Llega el mes de diciembre y es normal que en las calles de la ciudad de Santo Domingo se sienta la algarabía que trae consigo estos días de fiesta. Juan es un joven estudiante de medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). A diario se levanta temprano para dirigirse a la empresa donde labora como mensajero.
Los vientos que soplan alegría, música, comida, reuniones, bailes y un sinfín de actividades que se realizan en el país caribeño con motivo de la Navidad, le muestran a Juan la señal de que han llegado sus días anhelados durante todo el año, aquellos en los que tiene más horas para compartir con sus familiares y amistades.
Su regalía pascual le dio la facilidad de pagar algunas deudas, comprarse la “pinta” que usará en Nochebuena y Año Nuevo, darle unos pesitos a su madre, y hasta dejar un fondito para la bebida alcohólica que tomará cuando se vaya de festejo a las discotecas cercanas a su residencia en el Café de Herrera.
Transcurren los días del mes de diciembre y por fin llega el 23. Juan, como de costumbre, finaliza su jornada laboral a las 4:00 p.m., pero esta fecha tenía algo de diferente: el joven se juntaría con sus compañeros de la escuela para realizar una cena navideña. Como en toda fiesta de traje, cada quien llevaría un plato o bebida en especifica. A él le tocó el alcohol.
Desde aquel día, comenzaron los tragos inconscientes de Juan y sus amigos, bebidas alcohólicas van y vienen y a pesar de que para el 26 ya había gastado el dinero que le quedaba, su tarjeta de crédito estaba disponible, pues total, Juan trabajaba y estudiaba bastante y “se merecía disfrutar la Navidad y tomar todo el alcohol que quisiera”. Estaba dispuesto a tener el mejor diciembre de su vida.
El 31 de este mes Juan tenía ocho días tomando whisky, ron, cervezas, y por estar en la chercha incluso bebió clerén por primera vez. El último día del 2015, el futuro médico tomó sin control desde que salió del trabajo. Total, nadie regulaba sus bebidas alcohólicas, había un levantamiento en las restricciones de estas.
A las 3:25 de la madrugada del 1 de enero de 2016, sonó el teléfono de la madre de Juan. Se trataba de una llamada que le informaba que su hijo había fallecido en un accidente de tránsito cuando se dirigía a otra discoteca que estaba más “jevi” y en la cual pretendía amanecer. Su motor estaba destrozado, él también. Pero más rotos estaban los corazones de sus familiares y los que les conocían porque a causa del alcohol desmedido habían perdido alguien a quien amaban y ahora sus diciembres pasaron de regocijo a recuerdos amargos.
Y así como este joven, son muchos los dominicanos que fallecen o terminan heridos debido a la falta de conciencia que tienen cuando consumen bebidas alcohólicas.
¿Qué tanto alcohol consumen los dominicanos?
La acentuada alegría que caracteriza al dominicano forma parte de las festividades en las que se involucra. En julio de 2006, el entonces presidente de la República, Leonel Fernández, emitió el Decreto número 308-06 que regula los horarios de expendio de bebidas alcohólicas. Sin embargo, para las fiestas navideñas el Ministerio de Interior y Policía hace un levantamiento de las restricciones que contiene esta ordenanza, con el objetivo de que los grupos musicales y los dueños de bares, discotecas y restaurantes también se beneficien de la solvencia económica de la época.
Durante el periodo 2008-2015, en el país se consumieron 257, 718, 602.8 litros de alcohol absoluto, lo que equivale a un promedio anual de 17, 181, 240.2 litros, según arrojó un estudio denominado “Levantamiento de las restricciones a la venta de bebidas alcohólicas en Navidad: intereses económicos en conflicto con la seguridad ciudadana”, realizado por el Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
Datos de la sección de Alcoholes de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), demuestran que en el último trimestre del año, es el tiempo en el cual los dominicanos consumen más alcohol, ocupando diciembre el 13% del total de los 12 meses.
El estudio del OPD-Funglode destaca también que en diciembre el whisky tiene un incremento de consumo en alcohol puro de 20.8% del total.
A pesar de que diciembre es el mes en el que más alcohol se consume, en el mes anterior también las bebidas alcohólicas dejan sus secuelas: “El comportamiento de noviembre podría deberse a que muchas empresas otorgan el sueldo 13 en este mes”, resalta el coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del OPD-Funglode, Greidys Roa Chalas.
Alcohol: causa de los accidentes
Según el Ministerio de Salud Pública, el 70% de los accidentes de tránsito que ocurren en República Dominicana se deben al alcohol.
Durante los años 2008-2015 se reportaron 13,192 muertes por accidentes de tránsito terrestre, la mayor parte de ellos ocurrió en diciembre, lo que representa el 10.1% del total de las defunciones registradas.
Seguridad ciudadana
Recientemente, el director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Ángel Almánzar, y el coordinador del Clúster de Alcohol, Elías Tejeda, exhortaron a los padres a que vigilen a sus hijos para evitar que ingieran alcohol a temprana edad.
Por eso nace la campaña que viene acompañada de eslóganes como “No me mandes a comprar alcohol”, “No ventas de alcohol a menores, “Evita conducir bajo los efectos del alcohol” y “El consumo responsable en los adultos”, promoción en la que las autoridades esperan bajar el consumo de licor en la población, y evitar que los jóvenes asuman la cultura de tomar alcohol.
Para el OPD-Funglode, aunque las bebidas alcohólicas no ocupan el 100% de las causas de accidentes de tránsito, porque también ocurren homicidios, llama la atención que las defunciones más acentuadas sean en el mismo mes en que se permite consumir alcohol sin límites de horario.
POR JHENERY RAMÍREZ
(Especial para El Nuevo Diario)
