Yoranmi Santiago
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Santo Domingo
República Dominicana cuenta con el talento, los escenarios, la tecnología y los temas para la realización de novelas televisivas. Sin embargo, los productores y directores locales todavía no se han atrevido a experimentar con este género cuya aceptación está más que comprobada.
En los últimos años estas producciones han dejado de ser exclusivas para las ficciones de amor imposible y le han dado paso a temas tan reales, importantes e internacionales como la inmigración, la esclavitud, el narcotráfico, las problemáticas sociales, la vida de personajes históricos y artistas y hasta relatos bíblicos.
Diariamente, los principales canales locales transmiten producciones mexicanas, brasileñas, argentinas, venezolanas, colombianas, estadounidenses y, desde hace poco, turcas.
A través de ellas llega al público parte de las costumbres de esos países lo mismo que sus paisajes y lo mejor de sus ciudades. ¿No tiene República Dominicana mucho de esto para mostrar al mundo?
En el país hubo dos intentos, María José (1979) y Trópico (2007). Pero éstas, más que dominicanas fueron producciones extranjeras grabadas aquí y con la participación de actores locales. Hasta ahora no han encontrado sucesor.
Rentabilidad
El productor y actor venezolano Leonardo Villalobos, en entrevista con LISTÍN DIARIO, dijo estar seguro de que el país está listo para adentrarse en esta industria, cuya rentabilidad es segura siempre que trabaje con miras a un mercado internacional.
De iniciarse ahora, consideró que dentro de 4 o 5 años ya este mercado estaría afianzado en el país y los contenidos no tendrían nada que envidiar a las realizaciones del extranjero.
Según explicó, “la idea de este tipo de producciones es que el mercado local recupere el dinero invertido y que lo generado de la proyección en el extranjero se traduzca en ganancias”.
Aunque aclaró que cada país tiene sus propias tarifas, sostuvo que el precio por capítulo, siempre que se trate de una producción de calidad, puede oscilar entre los tres y los cuatro mil dólares.
Para la colocación de estos seriados en el extranjero existen ferias, empresas y personas que se dedican a la promoción de estos contenidos para los canales internacionales.
En el caso de la transmisión local, Villalobos explicó que lo que se estila es hacer preventa de publicidad, para garantizar que se tiene a los anunciantes incluso antes de empezar a transmitir. Una vez la novela está siendo televisada en el país de origen, puede empezar a ser presentada a televisoras del extranjero.
Pero la rentabilidad que pudiera tener un proyecto netamente dominicano es algo todavía riesgoso, según comentó el actor dominicano José Guillermo Cortines, quien hace unos meses forma parte del programa diario “Chévere Nights” y ha participado en varias telenovelas internacionales, al considerar que en el país todavía no se tiene la cultura de producción de seriados, por lo que hacer uno con la calidad necesaria para ser vendido al extranjero sería muy costoso. “Para poder cubrir los gastos que genera la producción de un seriado exportable tendría que existir una ley que amparara estas producciones”, comentó Cortines al respecto.Pero este temor es entendible siempre que se piensa en seriados de 100 o más capítulos, producciones que ciertamente requieren una planificación y presupuesto elevados. Es por esta razón que Villalobos cree saludable, para el país, iniciar con proyectos de 30 o 60 capítulos. Consideró que contar historias cortas ayudaría a que los actores y realizadores locales vayan agarrando el piso a este género.
El productor y director de cine José Enrique Pintor agregó que se hace necesario “estar presentes en los mercados conociendo la evolución y los gustos, para producir pensando en ellos y tratar de estar a la altura de la calidad técnica y artística”. De hacerse así, Pintor no ve razón para que los canales no le den la oportunidad a producciones locales.
El empresario artístico Villalobos aseguró que lo único que necesita el país para empezar es traer a un director, dos camarógrafos y un escenógrafo que tengan experiencia en este género, porque lo demás ya se tiene aquí.
José Enrique Pintor tiene una opinión muy similar al respecto, por lo que consideró que el país debería auxiliarse en profesionales extranjeros para aprender de ellos lo necesario para la realización de seriados.
Por ser producciones extensas, los seriados garantizan cierta estabilidad, siempre que cuenten con la aceptación del público. Pero, según anotó Villalobos, el engranaje que implica esta industria contribuye a que muchos países no se adentren en ella. Para hacer una novela, una buena novela, lo primero es tener un buen guion y tener a mano el dinero para materializarlo, indicó.
Aparte de esto, el actor dominicano Anthony Álvarez, quien ha trabajado para cadenas extranjeras, estimó necesario conseguir a alguien que crea en el potencial del país.
“Ahora lo que se necesita es inversionistas que crean en el proyecto y se les hable a los actores dominicanos que estamos fuera y hemos realizado este tipo de producciones”, manifestó.
Álvarez entiende que con el talento dominicano en el exterior y la calidad de productores, actores y técnicos que hay en el país “se puede lograr algo muy bueno y totalmente exportable al mundo”.
Para José Pintor, el ser un país caribeño le da a República Dominicana un gran abanico de temas a explotar. “Tenemos personajes e historias que se pueden internacionalizar como también se hizo con la música”.
Consultados al respecto, los dominicanos Mildred Quiroz, Álvarez y Cortines, quienes han trabajado en este género por muchos años de la mano de cadenas internacionales, coincidieron en que en el país temas como la dictadura y la trayectoria de algunos de nuestros artistas podrían ser adaptables a este formato.
En el caso de Mildred Quiroz, quien prefirió alejarse de estas producciones para estar más tiempo cerca de su familia, dijo estar dispuesta a participar de alguna telenovela local. Igual disposición mostró Álvarez, quien actualmente reside en el extranjero.
LOS ACTORES DOMINICANOS Y SU PARTICIPACIÓN
Una ventaja que podría tener una producción local es que muchos actores dominicanos tienen experiencia en este género gracias a su participación en proyectos internacionales. En el caso de los que todavía no han experimentado con novelas televisivas, “quizá sí tendrían que aprender la técnica de este tipo de trabajo para la pequeña pantalla, pero nada que ellos como actores no sean capaces de hacer. Evidentemente, habrá a quienes les resulte más fácil que a otros”, consideró José Enrique Pintor, en este sentido.