El Día de la Independencia en Estados Unidos se celebra cada 4 de julio, evocando la fiesta más famosa a lo largo del país (con permiso del Día de Acción de Gracias). Un día para dejar escapar cohetes, ser algo más patriótico y, en general, festejar.
Día patriótico
El 4 de julio de 1776, Estados Unidos firmó su independencia del gobierno inglés, comenzando a gestarse la potencia que es hoy día. Desde entonces, esta fecha se ha convertido en modo de celebración para los estadounidenses, quienes aprovechan los primeros días de verano para preparar barbacoas y desplegar sus banderas. Esto es sólo el comienzo de un sinfín de actividades en las que tienen protagonismo los grandes iconos del país, las estrellas de su bandera, los partidos de béisbol o las águilas.
Formas de celebrar el 4 de julio
Los estadounidenses celebran el 4 de julio de diferentes formas, según la parte del país donde residen. En Texas adoran una jornada de rodeo, en California las escapadas a las playas pacíficas, las zonas de interior, un buen picnic o barbacoa a base de hamburguesas, costillares o hot dogs, mientras los festivales de jazz invaden Kentucky y la declaración de Independencia es leída, en directo, en el ayuntamiento de Boston; cada lugar adapta la celebración a su particular visión.
Las parades también son reclamos típicos en grandes ciudades, mientras los concursos invitan a utilizar la sandía como motivo de competición hasta dar con el mejor tragón, siendo ésta la fruta más consumida durante el Día de la Independencia.
Sin embargo, el gran highlight de todo buen 4 de julio que se precie son los fuegos artificiales. El lugar más destacado es la Estatua de la Libertad, en la isla de Manhattan, un monumento íntegramente relacionado con el sentido de independencia para los americanos, por lo que los fireworks disparados en este lugar adquiere un notorio protagonismo con más de 22 toneladas de mercancía pirotécnica, mientras otros míticos lugares como el Lago Michigan en Chicago, la bahía de San Francisco o la Piscina Reflectante al Monumento de Lincoln de Washington DC también dejan escapar sus propios fuegos.
Básicamente, cualquier celebración del 4 de julio comienza con el despliegue de la bandera, una visita a la parade más cercana seguido de cualquier fiesta familiar o entre amigos y, como colofón, los obligados fuegos artificiales. Si te encuentras en territorio estadounidense, no dudes en celebrar la particular fiesta de celebración para felicitar a Estados Unidos por sus 238 años de vida.