Ginebra
EFE
El virus del Zika será una enfermedad endémica en varios países del mundo y provocará efectos neurológicos devastadores como la microcefalia, pero a pesar de que su expansión geográfica continúa, ya no constituye una emergencia sanitaria de alcance internacional.
Esa fue la decisión tomada ayer por el Comité de Emergencias de la OMS, que se reunió por quinta vez para evaluar el avance de la epidemia.
Los científicos decidieron que, a pesar de su continua expansión geográfica y de las lagunas sobre sus efectos neurológicos, la epidemia ya no constituye una emergencia sanitaria de alcance internacional.
Hace justo un año, el mundo médico y científico hizo sonar las alarmas por la aparición de un brote de virus del Zika en el noreste de Brasil y, en paralelo, un aumento extraordinario de casos de microcefalia y otras malformaciones congénitas en recién nacidos.
Si bien al principio no se pudo determinar con certeza la relación directa entre ambos sucesos, los expertos del Comité decidieron el 1 de febrero de 2016 declarar la emergencia internacional, precisamente por ese aumento repentino de casos de microcefalia y otros desórdenes neurológicos.
"La emergencia sanitaria de alcance internacional fue declarada al darnos cuenta de un extraordinario y no explicado aumento de los casos de microcefalia. No se declaró para detener la expansión de la infección, como en el caso del ébola, sino para hacer todo lo posible para entender los casos de microcefalia", explicó en teleconferencia, el presidente del Comité, David Heymann.
El científico recordó que meses después de la declaración, se pudo determinar con base científica que los casos de microcefalia estaban directamente vinculados con la infección por zika, por lo que el objetivo de declarar la emergencia se cumplió.
"Necesitábamos entender donde venían esos efectos, ahora lo sabemos", reiteró, asumiendo, sin embargo, que todas las incógnitas respecto porqué a veces la infección tiene consecuencias nefastas y a veces no, están sin resolver.
Es por eso que la OMS va a establecer un grupo de expertos para seguir vigilando la epidemia y sus efectos, y hacer un hincapié especial en la investigación, de forma sostenida y a largo plazo.
El presidente del Comité explicó, además, que otro de los objetivos de la declaración de emergencia era establecer recomendaciones para evitar el contagio y esto también se cumplió, "con lo que logramos el objetivo".
No obstante dijo que si bien no es una emergencia internacional sí que puede y debe serlo para algunos países.
"El zika se ha convertido en un problema a largo plazo, de suma importancia, pero que no es urgente, es por eso que ya no constituye una emergencia sanitaria de alcance internacional, aunque para algunos países, como Brasil, siga siendo una emergencia", añadió.
El virus lo transmite el mosquito "Aedes Aegypti", también transmisor del dengue, la fiebre amarilla y el chikunguña.
"El zika será a partir de ahora como el dengue, que periódicamente produce brotes en los países endémicos", sostuvo el científico.
Heymman explicó también que se espera que el virus siga apareciendo en nuevos países y que más casos de microcefalia u otros desórdenes continúen registrándose, por lo que es necesaria una respuesta "a largo plazo y sostenida" de la comunidad internacional.
Precisamente, consultado sobre si no teme que al retirar la declaración de emergencia puede rebajar la importancia dada a la epidemia, el experto respondió negativamente, y dijo que tanto la comunidad científica en general como la OMS están firmemente comprometidos en seguir investigando sobre el virus y sus efectos.
Según el último recuento OMS, 75 países han declarado tener transmisión activa del virus, y 58 han registrado brotes importantes.
De ellos, 28 naciones han compatibilizado casos de microcefalia y otras malformaciones congénitas asociadas con una infección por zika, y 19 países han registrado una incidencia mayor de casos de Síndrome de Guillian Barré (SGB), una respuesta inmunológica que provoca parálisis de los órganos, incluidos los pulmones.
La primera epidemia de que se tiene constancia se dio en 2007 en Micronesia, pero no se detectaron consecuencias perniciosas; sin embargo en 2013 hubo un brote en la Polinesia Francesa y, en retrospectiva, se ha podido comprobar que las infecciones por zika provocaron microcefalia y SGB.
La cepa asiática, que provocó las dos epidemias de Micronesia y Polinesia Francesa, es la que viajó hasta Brasil y de ahí se expandió por todo el continente americano.
Esa cepa se ha subdivido en pequeños subtipos, pero por ahora los científicos no han podido identificar qué ha cambiado en el virus que pueda explicar el cambio de comportamiento.
Actualmente, hay dos vacunas en fase de desarrollo 1, una creada por una empresa coreana y otra producida por un organismo público de Estados Unidos, y varias más cuyo progreso va más lento.