Inmaculada Tapia / EFE
Madrid
¿Quién no ha sentido la tentación alguna vez de comprar un perfume falsificado? “Si es idéntico al original”, es una de las frases más escuchadas cuando nos encontramos frente a un perfume falsificado. Lo que no tenemos en cuenta son los “perjuicios para la salud que pueden provocar estos productos”.
Este es uno de los argumentos olvidados en la compra de perfumes falsos. Val Díez, directora general de Stanpa, así lo ha puesto de manifiesto durante la jornada sobre “El impacto y los peligros de la falsificación de perfumes”, que además de económicos tienen un fuerte efecto sobre la salud.
“Detrás de un perfume no solo hay una delicada mezcla de aromas, también hay mucha tecnología y ciencia en su composición, en la que intervienen científicos, dermatólogos y tóxicologos” para evitar que se produzcan problemas en la piel, “que son más comunes de lo que pensamos al utilizar productos falsos”, añade Díez.
Los riesgos sobre la piel y la salud se traducen en alergias, despigmentación, manchas, infecciones u hongos provocados por la falta de salubridad en la fabricación y por mezclas inadecuadas. “No sabemos cuál es el contenido real, pero sí que no son iguales a los originales”, advierte esta doctora en farmacia.
Ya inmersos en la campaña navideña de regalos, lo cierto es que los perfumes son uno de los presentes más habituales en estas fechas. Una razón por la que Emilia Gómez, del área jurídica de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), señala que cuando los consumidores regalan perfumes falsos “regalan riesgo envuelto en papel muy caro”.
No hay que olvidar que en este tipo de compra “se rompe la cadena de alerta sobre un mal producto, puesto que nadie reclama, tampoco tiene dónde”, comenta Gómez, quien añade la necesidad de acercar al consumidor a un consumo responsable. “Cuando adquieres algo falso renuncias al derecho a una garantía y a tu derecho a la salud y la seguridad”.
Laura Urquizu, CEO de Red Points, empresa que detecta el riesgo del fraude en el medio digital, revela que el 50% de las falsificaciones en línea tienen que ver con los perfumes y la cosmética.
“Se traslada lo físico a lo digital, aunque lo cierto es que un 50% de los consumidores no quieren comprar falso, pero se encuentran cuando compran por Internet, que a casa les llega este tipo de productos”, señala Urquizu, que plantea los problemas que tiene sobre la reputación de la marca original.
Esta especialista en delitos advierte que han detectado cinco millones de infracciones en línea, “que han sido eliminadas. Pero el número va creciendo” y prevé que en 2019 aumenten a 10 millones.
“En ‘online’ se intensifican estos delitos porque supone un acceso inmediato y global”, un espacio donde los algoritmos de búsqueda y la inteligencia artificial ayudan a detectar el fraude.
FALSIFICACIONES ‘MADE IN SPAIN’
La Inspectora Jefe de la Unidad de Delitos de Propiedad Intelectural de la Policía Nacional de España, Mónica Dopico, advierte de la proliferación de este tipo de delitos en Europa y en España.
“Los perfumes falsificados también son ‘made in Spain’ y ‘made in Europe’, indica.
Águeda Fole, jefa del servicio internacional de la Oficina Española de Patentes y Marcas, asegura que la falsificación de perfumes es un “problema estructural en España, donde hay un consumo muy alto ‘per capita’ de falsificaciones”.
“El perfume es un producto aspiracional. El comprador aspira al lujo y toma un atajo”, y no se fija ni percibe las consecuencias sobre su salud y sobre la economía que conlleva comprar un producto falso, concluye Val Díez.