SANTO DOMINGO. Al margen de los conflictos migratorios, la mayor preocupación que debería tener la República Dominicana con Haití, es el día en que esa nación se quede sin agua, pues esa situación podría provocar una crisis con consecuencias violentas.
La alerta la hizo ayer el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Domínguez Brito, quien sostiene que el vecino país en 10 o 15 años sufriría de sequía y falta de agua.
Precisó que, en Puerto Príncipe con tres millones de habitantes, sólo el 5 % de las familias tiene tuberías y el resto utiliza agua de pozo, cuyo líquido se mezcla con las aguas residuales.
“El agua de los pozos que están usando, es agua casi de letrina y con poca lluvia cada día el agua es menor, y con poca lluvia, el agua del mar está penetrando y salinizando los pozos de Puerto Príncipe, o sea hay menos agua, contaminada y salinizada”, enfatizó.
Domínguez Brito se preguntó: “¿Qué le espera a Puerto Príncipe en 5, 10 o 15 años? ¿De dónde saldrán las aguas para darle de beber a 7 millones de hermanos haitianos?”.
Además, se cuestionó: “¿Qué sucederá cuando producto del cambio climático se registren amplios procesos de sequías?”.
Ante esas inquietudes, sostuvo que la República Dominicana deberá trabajar para sí y por Haití, cuidando los bosques y los ríos del país.
“Lo que debe llamarnos mucho la atención como dominicano es el día que Puerto Príncipe se quede sin agua, porque nadie se va a morir de sed y todo el mundo va a venir corriendo para acá y habría una crisis en 10, 15 años que puede degenerar en una crisis de violencia, de incompatibilidad en la convivencia y de serias dificultades para República Dominicana y para Haití”, advirtió.