El toque de queda, un sin sentido perturbador
Aquella escena parecía sacada de una tragicomedia al mejor estilo del cine criollo, en la cual, una mujer evidentemente histérica, en estado casi esquizofrénico y agobiada por el estrés que provoca el toque de queda, en las personas, imploraba angustiada por una oportunidad, cuando exclamaba impotente que “regresaba desde San Cristóbal”; quizá de alguna reunión familiar u otra situación similar que, lamentablemente, no fue suficiente excusa para impedir su apresamiento junto con la incautación del vehículo que la transportaba.
La noticia corrió como pólvora y de inmediato, el video, se hizo viral, exponiendo a la susodicha infractora intentando detener una grúa de la DIGESETT, que pretendía remolcar su automóvil, en medio de un deprimente escenario de sublevación ciudadana que censuraba la inapropiada conducta de una mujer cuyos sentidos estaban en estado de shock, inducida por un sentimiento de frustración, psicológicamente asociado al impulso involuntario de irritación que causaba su agresión hacia la autoridad policial que, finalmente, pudo controlar la situación para conducir a la detenida hasta el destacamento.