Si te imaginas una cena para millonarios, seguramente vendrá a tu mente la imagen de una enorme langosta en el centro de la mesa. Y no es para menos, pues este platillo es uno de los más caros que puedes encontrar en cualquier restaurante.
Aunque no lo creas, anteriormente, los nativos americanos utilizaban las langostas para fertilizar cultivos, cebar anzuelos. Más adelante, en la América colonial, éstas eran tan baratas que era lo que les daban de comer a los prisioneros, aprendices, esclavos y niños.
Pero todo eso cambió a finales del siglo XIX, cuando se desarrollaron las industrias ferroviarias y de enlatados, lo que hizo posible enviar la langosta a todas partes del país, según se informó en Mashed.
Con el tiempo, el platillo fue ganando popularidad, y por el aumento de la demanda los precios comenzaron a subir. Fue así que, poco más de medio siglo después, las langostas se convirtieron en un manjar de alta categoría.
Otra razón por la que su precio es alto, es que ahora se envían a todo el mundo, ya que las empresas de langostas hicieron muchas innovaciones para comercializar y promocionar su producto en el extranjero. Por ejemplo, muchos piensan que la industria en Maine es pequeña, pero en realidad ésta tiene un alcance global.
Como ves, haberla hecho accesible a todas partes y su alta demanda hizo que el precio de la langosta se fuera por las nubes, y hay mucha gente a la que no le importa pagar el precio.