César Alexis Blanco, de 20 años y quien hacía dos había migrado por la crisis económica y política en su país, recibió varios disparos el 10 de diciembre en Puerta del Sol, un barrio popular de Cali, en circunstancias que todavía no han sido esclarecidas.
En un principio sus familiares pretendían enterrarlo tan pronto les fuera entregado el cuerpo, pero la congregación de fe a la que pertenecen aseguró haber recibido un mensaje celestial que les hizo cambiar de planes.
“Dios encomendó que se trajera el cuerpo y se velara aquí (en la casa), entonces en eso Dios dice que va a hacer algo mayor: levantar al muchacho y que se va glorificar aquí en Puerta del Sol”, explicó Julio Blanco, padre de la víctima, a la AFP.
Blanco oficia como pastor de La Cueva de Adulam, una comunidad evangélica de 14 personas a la que también pertenecía su hijo.
El prolongado velorio, que completa este miércoles nueve días, obligó a la intervención de las autoridades ante el reclamo de los vecinos. En la tradición cristiana, en promedio un cuerpo es enterrado después de un día y medio de velorio.
“El cuerpo no huele porque lo han arreglado bien, pero las bacterias están saliendo del organismo de ese muchacho”, se quejó Luz Morán, habitante del barrio Puerta del Sol.
Según el secretario de salud de Cali, Nelson Sinisterra, la legislación colombiana “no establece un plazo máximo” para enterrar o cremar un cadáver, aunque en este caso los restos fueron preparados por una funeraria para ser conservados 48 horas.
Ante la negativa de la familia a darle sepultura, el funcionario dijo a la AFP que realizarán una nueva visita al sitio para tratar de persuadir a los allegados de “tomar la decisión de manera acordada, para que podamos enterrar el cadáver”.