De sus 87 años de vida, Doña Yvelisse Prats de Pérez, ha dedicado 67 a la educación. Ha tenido el privilegio de ser sindicalista y patrona, ya que pocos años después de haber ocupado la presidencia de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en el año 1970, se convirtió en la titular de la entonces Secretaría de Estado de Educación, desde donde impulsó un programa especial de Educación Ciudadana para la alfabetización de adultos, tomado de modelo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).La experiencia acumulada le permite hablar con conocimiento de causa y pasar balance a las últimas reformas, a la luz de la aplicación del 4%.
¿Cómo marcha la educación?
En un país donde la desigualdad ha aumentado, y la desigualdad es 20 veces peor que la pobreza, porque la pobreza nivela pero la desigualdad, encrespa los ánimos, despierta odio, envidia, suspicacia, crea unas confrontaciones internas en países como el nuestro.
El sistema educativo en su conjunto, reproduce ese modelo. La educación, sobre todo en los países pobres, subdesarrollados, tiene como papel fundamental, dentro de una visión ideológica, la imposición de criterios y de pensamiento, reproducir el modelo neoliberal que ha transformado en cultura nacional aquello de ‘tanto tienes, tanto vales’, ‘dame lo mío’, ese terrible dominio del yo, que no es ni siquiera el vosotros. ¿Qué ha pasado desde que recibimos el 4%, para ser más concreta? Bueno, que se orientó hacia la construcción de aulas, fundamentalmente, que eran necesarias pero no son indispensables. Eso parece una herejía. Pero yo supe dar una de las mejores clases de mi vida cuando empezó el Movimiento Renovador, que pude entrar a la UASD, sobre el césped y los filósofos griegos daban clases caminando, en ningún aula y dejaron toda esta impronta de la filosofía griega que ahora se está retomando, sobre todo en Europa. Uno a veces se asombra con las frases cohete del actual ministro de Educación en esos espacios pagados, que me aterran, que están construyendo ‘aulas que enseñan’ y yo en un tuit le respondí: Señor ministro, aprenda los verbos reflexivos, las aulas no enseñan, en las aulas se enseña, y no se está enseñando bien.
¿Dónde debió ponerse el acento de la inversión educativa?
Los resultados de cuatro evaluaciones nacionales e internacionales: Serce I, Serce II, Terce y Pisa, y las 29 evaluaciones publicadas por el Instituto Dominicano de Evaluación Educativa (Ideice) dirigido por un técnico muy capaz, que se llama Leo Valeiron, debieron ser una alerta, un eco de las trompetas que anuncia el juicio final, ya que nuestros estudiantes de sexto grado con doce años y más, de cada 100 de ellos, 88 no entienden lo que lee. Eso es un drama para haber paralizado el resto de programas. Eso debió haber llamado al orden a los empresarios dominicanos, que son los que van a tener empleados que no entienden lo que leen. El que no entiende lo que lee, no lee, y el que no lee no aprende. Eso es elemental. Ese era un llamado para que todo se detuviera y se hiciera una jornada de recuperación de la comprensión lectora.
Yo creo que se debería haber invertido la mayor parte de ese presupuesto en una verdadera formación docente, en el desarrollo profesional del docente, que es lo que llamamos educación continua y permanente. Yo no podría estar dando opiniones de la educación de hoy, si yo no estuviera actualizada de alguna manera, viendo los currículos, leyendo las nuevas tesis.
Yo no me podía haber quedado en Hostos, que es mi gran gurú de educación, ni siquiera en Freire, que es más reciente. Yo los admiro, pero yo tengo que contextualizar en lo actual sus ideas. Aquí no se contextualizan ideas, aquí se cambian los pensum y los currículos cada vez que llega un ministro y no se han sentado a abrir la ley 1-12, de Estrategia Nacional de Desarrollo. Ninguna de las reformas educativas que aquí se han hecho, ni una sola corresponde a esa Estrategia, que es buena. Creo que otro de los graves problemas, es la personalización absoluta del Ministerio en la oficina del ministro de turno. Se ha invisibilizado el Consejo Nacional de Educación. Me asombra que habiendo miembros de la sociedad civil no hayan reclamado su espacio. En mi época, yo no movía un libro sin llevarlo al Consejo. Eso es casi como un rito de respeto a la democracia, a la participación de la sociedad. Creo que hay que mejorar el nivel inicial, cuya inversión no crece como debiera y es lo más importante. Yo en mi época de ministra preferí la educación de adultos, pero si ahora me retrotrayera, daría todo el apoyo a la educación inicial, porque he aprendido que ahí se forma o se deforma todo.
¿Cuáles aspectos hay que reformar de la ley 66-97 de Educación?
Yo creo que hay que reformar los objetivos porque son como muy retóricos y generalizados. Tenemos unos fines que se formulan grandilocuentemente y que luego no se cumplen. Hay que dejar claro que hay un solo sistema educativo aunque parecería que hay dos subsistemas: el privado, que se maneja a su manera y el público. Tiene que haber una veeduría mayor en los colegios privados, y sobre todo en los bilingües, que enseñan los derechos humanos norteamericanos, pero dejan de lado nuestra historia patria. Tiene que revisarse el currículo para incluir formación ética y ciudadana en el nivel primario; la educación sexual, quiérase o no.
¿Qué le parece República Digital?
El ministro decretó, lo cual es una barbaridad, que la escuela de lápiz y papel ha quedado atrás, y yo le digo, pero si usted que es arquitecto, hizo tantas cosas bellas con lápiz y papel, por qué hay que descartar el lápiz y el papel para usar la computadora. Tú sabes la cantidad de literatura hermosa que se ha escrito con lápiz y papel, con bolígrafo y papel o con pluma y papel. La tecnología no viene para borrar todo lo demás. No voy a ponerme más antañona de lo que soy condenando el uso de la tecnología. Yo creo en el uso de la tecnología. Es más, yo tuiteo y estoy pujando para tener mis 10 mil seguidores, pero yo creo que eso no es más que una herramienta al servicio del ser humano que la creó. Nadie me va a convencer que en los próximos años todo lo va a hacer un robot. No. Todos vamos a estar robotizados, que es diferente. Es lo que conviene, formar robots. En la carrera de pedagogía de la UASD ya no se puede dar filosofía, sociología, psicología de la educación, corriente pedagógica contemporánea, historia de la educación porque según el neoliberalismo no hay historia. La historia ha muerto. La ideología también, porque el trepidar del presente es tan fuerte que no da tiempo ni para mirar para allá.
Yo supe que por deseo de un político hace muchos años, se borró de los programas educativos y de los textos la Revolución de Abril, una etapa gloriosa, que nos colocó en el centro del mundo con ese poema Versanoigrama a Santo Domingo de Neruda. tampoco se da geografía. Tú no puedes hablar de patriotismo con los símbolos, que no son nada para un niño. El país es lo concreto, tu historia y tu geografía.