Europa Press
Madrid
La cerveza es una bebida omnipresente a lo largo de todo el año, pero especialmente en verano, cuando el calor aprieta. No en vano se consume más de 35 millones de hectolitros de esta bebida fermentada cada año en España.
Sin embargo, a pesar de ello, aún hay muchas cosas sobre la cerveza que muchos consumidores desconocen. Por este motivo, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) ha recopilado las nueve curiosidades más llamativas sobre esta bebida que quizá no conocías:
- Es baja en calorías: la "barriga cervecera" es un mito muy extendido. Pero la cerveza es una de las bebidas menos calóricas, con una media de 45 Kcal/100ml, una cifra que baja a las 17 Kcal/100ml en el caso de la variedad sin alcohol. Por eso, su consumo moderado (2-3 tarros para los hombres y 1-2 para las mujeres) no engorda y permite aprovechar sus múltiples beneficios para la salud, explican.
- El sabor está en el lúpulo: junto al agua y la cebada, el lúpulo es uno de los tres ingredientes naturales con los que se elabora la cerveza. Es también el responsable de su característico (y delicioso) sabor amargo, además de darle aroma y protegerla de las bacterias.
- Es agua en 95%: la mayor parte de un tarro es simple agua, por lo que su consumo moderado permite mantenerse hidratado. Además, posee maltodextrinas, que favorecen la recuperación del agua perdida tras una dura sesión de entrenamiento.
- Ya se consumía hace más de 6 mil años: son muchas las civilizaciones clásicas que han incluido la cerveza en su dieta, pero los hallazgos arqueológicos sitúan su origen en la antigua Sumeria hace más de seis milenios. Por lo que se refiere a España, vestigios encontrados en la cueva de Can Sadurní, en provincia de Barcelona, datan su consumo desde el año 3,000 A.C.
- Podría reducir factores de riesgo cardiovascular: los científicos afirman que el consumo moderado de cerveza puede ser beneficios para el corazón. En concreto, se ha demostrado que su consumo moderado aumenta los niveles en sangre de HDL, el llamado "colesterol bueno", lo que está asociado a un menor riesgo de cardiopatías isquémicas y a una mayor protección del organismo frente a enfermedades cardiovasculares.
- España es el país europeo que más cerveza sin alcohol consume: cerca de 15% del consumo de cerveza de los españoles se corresponde con esta variedad, lo que sitúa nuestro país a la cabeza de la Unión Europea. Las personas que van a conducir, con hipertensión arterial y las mujeres en periodo de gestación o lactancia pueden tomarla, ya que conserva todas sus propiedades beneficiosas.
- Quienes la beben llevan una vida más sana: según un estudio de la doctora Rosa Ortega y el doctor Lluis Serra, el 43% de los hombres que consumen cerveza habitualmente de forma moderada realiza una actividad física muy elevada y, en el caso de las mujeres, las que tienen la misma costumbre suelen realizar una actividad física media o elevada.
- Es rica en polifenoles, antioxidantes con un gran poder para capturar radicales libres, además de en ácido fólico y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B12). Su consumo moderado podría ayudar a proteger el organismo de la oxidación y el envejecimiento de las células, por lo que podría prevenir o retrasar la aparición de enfermedades degenerativas.
- La fermentación marca la diferencia: hay tantos tipos de cerveza como paladares para degustarlas, pero todas se pueden dividir en dos grandes grupos, según su proceso de fermentación. Las que se fermentan a bajas temperaturas pertenecen a la categoría lager, son más ligeras y suelen ser espumosas y suaves. En esta familia encontramos desde las rubias más claras a las tostadas de tipo extra o las negras. Por otro lado, las que se someten a procesos de fermentación con temperaturas más altas se denominan ale, tienen aromas más afrutados y tienden a ser más cremosas y oscuras, como las cervezas de trigo, abadía, trapenses o la negra stout.