ALEJANDRO HERRERA
Santo Domingo, RD
En esta era digital y de crisis pandémica global, uno de los grandes problemas que como desafío enfrenta el mundo de la comunicación y el periodismo profesional, lo constituye el auge creciente del uso y difusión de las noticias falsas y la necesidad urgente de limitarlas o contenerlas, con el debido cuidado de no caer en transgresiones al derecho fundamental de la libertad de prensa, bajo cuyo paragua protector las mismas proliferan y amenazan la buena salud del sistema democrático, sustentado en el reino de las libertades.
Las not i c ias fal sas (fake news), la desinformación y los rumores sin fundamento corresponden a todas las épocas y tiempos, pero surten sus peores efectos en periodos electorales o momentos de grandes crisis, como la que actualmente atraviesa el mundo con la pandemia del COVID-19, durante la cual enfrentamos también una verdadera epidemia de noticias falsas, que la propia OMS ha advertido y define tal fenómeno como “infodemia, pandemia de infofalsedades”, que en palabras del escritor y catedrático español Ignacio Ramonet, constituyen una “tormenta perfecta de noticias tóxicas propagadas con igual o mayor velocidad que el nuevo virus.”