Si en estos días, cada vez que te peinas, notas que más cabello de lo habitual se queda en el peine o que quedan más en la regadera, no te preocupes, es normal, pues en efecto, solemos perder mayor cantidad durante el invierno.
Digamos que en esta época del año, el cabello no luce de todo sano y con la llegada del frío, es común que se nos caiga más justamente porque se está cumpliendo el propio ciclo natural del pelo. Dicho proceso es controlado por un tipo “reloj” molecular que se encuentra al interior de los folículos pilosos, que es donde nace el cabello.
Además, durante el invierno suele haber cambios hormonales para prepararnos para el frío, por lo que habrá mayor caída y poco crecimiento de cabello nuevo.
También debemos considerar que por el clima, pasamos más tiempo en lugares cerrados, secos y que se encuentran a altas temperaturas, factores que dañan la cutícula capilar. El contacto con fibras de gorros y otras prendas de invierno favorecen el encrespamiento, lo que desencadena a un deterioro del cuero cabelludo.
