Por: Fernando Casanova

SANTO DOMINGO. Acaba de morir Salvador Vassallo, triste noticia para quienes conocen su obra y para los que aún no la conocen. Vassallo fue quien en vida hizo del arte una forma de vida. Quien convivió entre trabajos y experimentos en arquitectura y diseño de interiores, con ráfagas de un humor vital de alguien enamorado de la cotidianidad y de la gente. Su último exposición en Quinta Dominica fue una serie de relieves en cartón-piedra, mármol, hierro, madera, cerámica, cuernos de vaca.

Cualquier material tomaba vida en sus manos. Prats-Ventós influyó en esa habilidad de transformar las cosas. En 1986 expuso “Los monjes: un mensaje de Gloria e Irradiación” todas en madera. Nos dice que del 1986 al 1993 ensaya con diferentes materiales, y en ese último año realizó su primera exposición con esculturas en acero inoxidable. Por ese material fue invitado a realizar una escultura monumental en Lowell en la Universidad de Massachusetts, USA. A comienzos del 2001 continuó trabajando en cobre, bronce y aluminio con el tema Los Pretorianos. Y más recientemente ha hecho trabajos en resina acrílica.

 

Torsos; conjuntos de personas; acrílicas; dibujos; escenas en metales con formato del típico cuadro; o experimentos sin definir componen el mundo-vasallo, hecho por y para el arte. En el que la idea del mundo es una forma que asume en sí misma todas las demás formas. Tratando de encontrar el carácter absoluto. La forma única, sin división entre un mundo de cosas sensibles y otras no perceptible a los sentidos. Donde habitan las ideas, los sentimientos. Las formas, que no son más que copias imperfectas de aquellos universales platónicos. En Vassallo esas formas son algo inteligibles y emocionales

Su casa es una especie de parque temático sobre como vivir en un museo-taller-hogar. No hay sitio dejado sin tocar; sin hacerlo vibrar con alguna idea u objeto artístico. Su mujer, Soledad Vassallo, tiene mucho que ver con todo ese mundo fantástico en el que convivió y en el que cada cosa y obra de arte están en el lugar que deben estar para verse fantásticas. ¿Qué es el orden o el desorden? la expresión de la personalidad de cada uno, y entre Salvador y Soledad se dió una unidad expresiva casi perfecta.

Vassallo también muestra un inocente mundo perdido en trabajos como el de una madre peinando a su hija de “pelo malo” que nos recuerda “quien quiera moño bonito que aguante jalones”, o “Chifuí” escultura que podemos ver en el tope de una casona colonial en la calle Duarte con Mercedes. Al ver su obra en conjunto descubrimos una combinación de drama y humor “...es que la vida es eso..” nos dice.

Por Fernando Casanova y Llaca

Salvador Vassallo, arte, técnica y tecnología con alma

Los escultores no abundan tanto. Es un oficio más recio que el de pintor. Hace falta no solo la visión artística o la sensibilidad por los temas y las formas. Se necesita un dominio de muchas técnicas y una fuerza específicos. Hay que lidiar con el mármol, la madera, el hierro, el barro, la cera... Hay que ensuciarse las manos, y esto no es un tópico ni una manera de hablar. Salvador Vassallo

Salvador Vassallo se atreve con todos los materiales a su alcance. El metal en sus manos logra una ligereza y expresividad sorprendentes que ya dejó bien claras en su colección Cardumen. Pero la madera tiene alma, como nos recuerdan sus Cocolos. Los Pretorianos hacen de un magnífico bronce una declaración de autoridad. Vasallo consigue que la piedra sea cálida y trabaja cada línea temática encontrando el material exacto que reflejará sus intenciones. Sus bronces, sus mármoles, sus tallas... son un imaginario serio y ligero al mismo tiempo.

Salvador Vassallo

¿Dónde se coloca una escultura en una casa? Soledad, su compañera de vida, lo tiene claro: “En cualquier lado, siempre terminan encontrando su lugar”.

Esta exposición da una vuelta de tuerca más a la producción de este escultor amable y cálido. Para esta exposición de esculturas enmarcadas, Vassallo ha trabajado metales, mármol, cuerno de vaca, cristal... y así titula su exposición: “Obras recientes en materiales diversos”. Sumergido en la abstracción, el artista maneja formas y colores dejándose conducir por la naturaleza y propiedades de los materiales.

La escultura es arte y es oficio. Es técnica y ahora también tecnología. Pero solo los artistas son capaces de insuflar alma a la materia rígida e inanimada. Este es el caso. Cerámica, arena. Madera, vidrio. Pocas veces podemos admirar una exposición tan bien articulada con tal diversidad de materiales.

Por Inés Aizpún