Como es un tema bíblico, también es cíclico. Y para hacer honor a la tradición, en los últimos días circula la versión de que el mundo comenzará a acabarse este sábado 23 de septiembre.

El autoproclamado investigador cristiano David Meade, así como el sitio web también cristiano Unsealed, han sido los encargados de diseminar la nueva supuesta fecha apocalíptica. Meade, que escribió el libro "Planet X, The 2017 Arrival", cree que el planeta "secreto" Nibiru, es decir Planet X, chocará o casi se estrellará contra la Tierra, causando su destrucción catastrófica.

No es la primera vez que esta versión circula. De hecho la más reciente se dio a conocer el año pasado y la fecha en ese entonces fue el 16 de agosto. Incluso la NASA salió al paso al indicar que ese planeta no existe, no existió y no existirá.

 

Todo se basa en una lógica numérica que tiene su origen en la biblia. Meade asegura que el número clave es 33: "Jesús vivió 33 años. El nombre Elohim, que es Dios en judío, fue mencionado 33 veces (en la biblia)", aseguró al diario The Washington Post el propio "investigador".

Y el 23 de septiembre ocurre 33 días después del eclipse total de Sol del pasado 21 de agosto, lo que el propio Meade cree que es un presagio. A esto agrega que el eclipse representa la "luna negra" que ocurre cada 33 meses y que este pasado eclipse total de Sol ocurre "cada 33 años"... Esta aproximación numerológica del fin del mundo ya ha sido desmentida no solo por instituciones como la NASA, sino por personas muy religiosas.

La primera vez que la Agencia Espacial de EEUU desmintió un cataclismo astronómico fue en 2012 cuando, según el calendario maya, el mundo se acabaría el 12 de diciembre de 2012 (de nuevo una aproximación numerológica).